Todo favorece al candidato demócrata. Ocho de cada diez estadounidenses opinan que el país avanza en una dirección errónea de la que muchos culpan a los republicanos que han gobernado desde Washington durante los últimos ocho años, la mayoría rechaza una guerra impopular desde hace tiempo, la crisis económica está devastando al país con la tasa de desempleo más alta en años, millones de personas pierden sus viviendas en la crisis hipotecaria, analistas y políticos advierten de que las condiciones se aproximan a las de 1929 cuando estalló la Gran Depresión y al frente del país se halla un presidente con un nivel de desaprobación desconocido desde los tiempos del Watergate.

En las encuestas, mayorías significativas indican su preferencia por el Partido Demócrata sobre el Republicano. Pero aquí pasa algo curioso: cuando se le pone nombre y apellido a los candidatos a la Presidencia de los dos partidos, Obama contra McCain, de repente el demócrata empata o se sitúa, como ahora por primera vez, por debajo del republicano.

Entre los factores que explican este hecho se encuentra el racismo. «Simplemente no creo que estemos listos para un presidente negro. Estoy prejuiciada», reconoció Donna Bender, de 62 años, una votante demócrata en Wisconsin, al diario «Wall Street Journal».

«Demasiados de color»

Hay informaciones de trabajadores blancos que aunque reconocen que su situación es cada vez más precaria bajo las políticas republicanas rehúsan votar por Obama sólo por su color. Un minero de Kentucky citado en el «Philadelphia Inquirer» declaró que «no votaré por un hombre de color, él pondrá a demasiados de color en puestos» de Gobierno.

Pocos lo dicen tan explícitamente, pero casi todos saben que la raza -más bien el racismo- es tal vez el factor principal que explica por qué Obama no está arrasando. En las encuestas pocos se atreven a expresar abiertamente su racismo, sólo una pequeña fracción (el 10% en encuestas recientes) admite que la raza es un factor dominante en su decisión. De hecho, algunos analistas advierten de que su peso real no se conocerá realmente hasta el 4 de noviembre.

Pero no cabe duda de que muchos votantes expresan dudas sobre el candidato demócrata. A lo largo de esta elección se han empleado una serie de palabras en código «inexperiencia», «joven» y «liberal» y otras que para muchos sólo son otras maneras de decir «negro».