«Es muy posible que Shakespeare visitara la corte navarra de Pau»
Periodista, escritor y autor de «Jaque mate al rey de Navarra»
El periodista Pello Guerra vuelve a incursionar en la memoria histórica del reino independiente de Nafarroa con una nueva entrega en la que el tema central es el magnicidio que se cometió contra Enrique III de Navarra y IV de Francia. Un relato de intriga y acción que bebe de las historias de capa y espada, y en el que se plasman los grandes intereses estratégicos que convulsionaron la Europa de aquella época.
Txema GARCÍA | BILBO
«Jaque mate al rey de Navarra» es el título de la nueva novela de Pello Guerra que se pone a la venta a partir de este fin de semana por iniciativa de este periódico.
¿El título de la obra nos indica que estamos ante un thriller histórico que se desenvuelve como una partida de ajedrez?
En cierto modo sí, ya que, como en el ajedrez, tenemos dos bandos simbólicos enfrentados entre sí. Por un lado, están los que representan la tolerancia, encabezados por Enrique III de Navarra y IV de Francia, que fue el primer soberano en reconocer la libertad religiosa a través del Edicto de Nantes. Y por el otro, aquellos poderes que siempre han combatido todo cambio, todo avance de la sociedad en busca de más derechos y libertades.
¿Se puede calificar como «novela de acción»?
Sin duda, ya que está inspirada en las grandes historias de capa y espada con las que tanto disfruté en mi infancia y adolescencia, y a las que he pretendido rendir un pequeño homenaje.
¿Por qué se ha planteado en esta nueva entrega realizar una continuación argumental de «Réquiem por Navarra»?
Algunos lectores habían descubierto la existencia de la Corte navarra de Pau con mi primera novela. Y varios me preguntaban por el devenir de la Navarra que permaneció independiente tras la conquista castellana de 1512. Por ese motivo, decidí narrar los interesantes acontecimientos históricos que se produjeron allí durante un siglo.
¿Qué tiene que ver el adivino Nostradamus con esta historia?
Enrique III de Navarra y IV de Francia fue el destinatario de una de sus profecías. Michel de Notre Dame le anunció al todavía príncipe de Navarra que sería soberano del Estado pirenaico y de Francia. Que Enrique llegara a ser rey de la Navarra independiente era sencillo de predecir, ya que se trataba del heredero de la soberana Juana de Albret. En cambio, que se sentara en el trono francés era muy diferente, ya que existían otras personas mejor situadas. Pero, contra toda lógica y tras una rápida sucesión de muertes, llegó a ser rey de Francia.
¿Y Shakespeare y Calvino?
El escritor inglés ambientó una de sus obras, «Trabajos de amor perdidos», en la Corte navarra de Pau, en esa Navarra independiente que calificó de «asombro del mundo» y que es muy posible que llegara a visitar en persona. Y Calvino se refugió en la Corte navarra de Enrique II el Sangüesino y Margarita de Navarra cuando empezó a ser perseguido por sus ideas reformadoras de la Iglesia católica. Una vez asentado en Ginebra como líder de la denominada «Roma protestante», Calvino mantuvo un contacto fluido con los reyes de Navarra, especialmente con Juana de Albret, que abrazó el protestantismo.
El magnicidio de Enrique III de Navarra y IV de Francia es el arranque alrededor del cual se constituye la trama. ¿Qué importancia tuvo este hecho?
Fue trascendental, ya que en el momento de su muerte, el soberano pirenaico estaba en condiciones de cambiar la correlación de fuerzas en Europa. Aliándose con Inglaterra, Alemania y los Países Bajos, representaba una amenaza para España y el Vaticano, que intentaban mantener su primacía en el continente para seguir imponiendo la religión católica frente a los vientos renovadores que había traído la Reforma.
¿Quiénes eran los más interesados en su muerte?
Principalmente España y el Papado, ya que el rey de Navarra encarnaba como nadie los buenos resultados que podía reportar una política de libertad religiosa. Enrique III se había convertido en soberano de una Francia desgarrada y agotada por las guerras de religión y gracias a su tolerancia puso los cimientos para la gran potencia en la que se convertiría bajo los reinados de sus herederos Luis XIII y Luis XIV. Si su ejemplo se extendía por Europa, peligraba la postura intransigente de Madrid y Roma, que defendían con las armas la imposición del catolicismo. Además, Enrique III pretendía poner en marcha un precedente de la actual Unión Europea basado en la tolerancia religiosa y con el que se buscaba poner freno a la política imperialista de países como España.
Tres personajes investigan el magnicidio. ¿Qué descubren?
Sólo puedo adelantar que estos descendientes de navarros que no aceptaron la conquista española se ven inmersos en una investigación que permitirá al lector descubrir los entresijos de la alta política europea en los siglos XVI y XVII.
¿Qué importancia tuvo el humanismo en la corte de la Baja Navarra?
Fue tan relevante que la corriente intelectual que se impulsó al amparo de la Navarra independiente sólo es equiparable a la que se desarrolló en la Italia del Renacimiento. Fue un humanismo conocido como Navarrismo, cuyo máximo exponente fueron las Academias puestas en marcha por las reinas navarras.
¿No ha quedado absolutamente ocultado por la Historia oficial?
Lamentablemente, sí. En la Alta Navarra parece existir un interés por no recordar lo ocurrido en esa brillante Corte independiente situada al norte de los Pirineos y a cuyos integrantes se les niega su nacionalidad navarra, calificándolos de franceses.
¿Se pueden considerar estos hechos como «el último acto de la tragedia de la Historia de Navarra», como afirma el historiador Jon Oria en el prólogo ?
Sí, ya que en esta época se firmó la defunción definitiva de la Navarra independiente, de ese reino que había sido capaz de sobrevivir a sus ambiciosos vecinos durante ocho siglos.
¿Tendremos más aproximaciones a esta reconstrucción novelada de la memoria perdida del reino de Nafarroa?
Espero que sí, ya que ideas no me faltan para nuevas novelas. Además, resulta paradójico que una historia tan rica y extensa como la nuestra sea la gran desconocida en su propia tierra.