Raimundo Fitero
Por palabras
Ver la televisión a dosis cortas, en una suerte de fragmentación y sobreactuación del mando a distancia, produce un acopio de palabras que no llegan a formar un puzzle. La búsqueda de la salida de emergencia de las programaciones generalistas nos coloca siempre en un cruce de travesías que nos turba y no acabamos de encontrar la dirección adecuada. Por lo tanto, las palabras amontonadas provocan una suerte de hernia neuronal. Deshagamos la madeja.
Pilar Rahola aparece en «la Noria» mostrando su categoría política, su educación, su impresionante necesidad de ganar cuota de pantalla. Este es un caso muy significativo de una deriva, de un auto desmascaramiento. La que plantó un pino (PI), es ahora una vocera del limbo político, una centrista descentrada, una nueva gladiadora de la verdad absoluta, una mujer que grita en los platós y que en la noche de marras se mostró absolutamente desmesurada, atacando a Violeta Santander, la pareja de agresor del profesor Neira, y cuando ya no tenía más mentiras que decir, más apriorismos, más imbecilidades, se metió con su vestuario, por cierto muy atractivo, y le acusó de cobrar. ¿Qué hace la Pilarín españoleando para cobrar y cobrar y cobrar por acudir a todos los lugares sin importarle en absoluto la mínima coherencia? Sus palabras empiezan a estar desposeídas de argumentos.
Fiel como me he vuelto a Argiñano, un hombre de mil palabras, tres chistes y cien mil sonrisas por programa, el que ha enseñado a cocinar a muchos varones, el saber que el primer ministro de Tailandia Samak Sundanavej ha sido inhabilitado por el Tribunal Constitucional por presentar un programa de cocina en una televisión privada, me coloca ante la improvisada situación de pensar sobre lo público, lo privado, la televisión y la cocina. Y llego a pensar que las leyes se hacen con palabras, que las palabras crean frases, que con ellas se hacen poemas o considerandos judiciales, y que las palabras ayudan a saber el punto exacto de cocción de las alcachofas. ¿Es el máximo delito que ha cometido este individuo en su cargo y en tiempo de ocio? Por cierto, la cocina tailandesa de calidad es exquisita.