El presidente de la Caja Vital, Gregorio Rojo, afirmó ayer que la fusión entre BBK y Kutxa, sin la participación de la entidad alavesa, sería «una auténtica irresponsabilidad que supondría, de facto, romper en dos el modelo financiero del país». Rojo defendió la integración de Caja Vital en el proyecto, pero con condiciones, «cuando se produzca el consenso necesario», y se opuso a la «sinrazón» de la unión de sólo dos porque «es empezar la casa por el tejado».

Además, no acepta que la fusión de BBK y Kutxa deje abierto un futuro enganche para la Vital, ya que en ese caso «no estaríamos hablando de una integración, sino de una simple y llana absorción. Caja Vital no podría entrar de monaguillo en un planteamiento ya cerrado y decidido entre dos».

Rojo subrayó que la fusión de las otras dos cajas supondría «desarticular y desvertebrar el país; romper la igualdad de oportunidades de empresarios y clientes dentro de la comunidad autónoma. Supondría olvidar el papel y las potencialidades de Caja Vital, de Álava y de los alaveses en el esquema económico y financiero vasco». Descartó que el actual escenario económico sea motivo para impulsar al fusión a dos, «porque han sido muchas las crisis que hemos vivido en los últimos años y no se han producido pasos en ese sentido».

Por ello, opinó que «el proyecto no se fundamenta en motivaciones empresariales, económicas, profesionales, de interés general o de construcción de país, sino en argumentos de otra índole». El presidente de Caja Vital se mostró dolido porque la operación «echa por tierra los cimientos sobre los que los presidentes de las tres cajas vascas gestamos el proyecto de integración» y negó haber cambiado de postura.

«Manos libres»

Rojo afirmó que «las prisas son un error» para un proyecto a tres, pese a que, en octubre de 2007, firmó un documento en el que juzgaba «inaplazable», la fusión. Ayer señaló que debería existir «un clima político normalizado, mientras que ahora hay incertidumbres» que dificultan el consenso necesario.

Si no hay integración de las tres, Rojo advirtió que Caja Vital se sentirá «con las manos libres para que sus órganos de gobierno den los pasos que juzgue oportunos en cada momento», pero matizó que «no he dicho que vaya a buscar otra alianza».. Por su parte, el presidente del PNV en Araba, Iñaki Gerenabarrena, a su vez vicepresidente primero de la Vital, calificó como «buena» la fusión de BBK y Kutxa porque ambas entidades han decidido «moverse para mejorar» por motivos financieros, económicos y empresariales. Precisó que para la incorporación de la Vital habría que cambiar la Ley de Cajas para que la representación alavesa «sea de mejor y que guarde criterios de territorialidad y de proporcionalidad». A su juicio, con las condiciones que marca la actual ley, una fusión dejaría a Araba en una situación de «infrarepresentación» con respecto a BBK y la Kutxa.

También acusó al PSE de parar una y otra vez la posibilidad de ir a una fusión y de reformar la ley por motivos electorales.