Condenan a dos años de cárcel al conductor del atropello mortal de dos niños en Basurto
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a dos años de prisión, por dos delitos de homicidio imprudente, al joven que en 2006 atropelló mortalmente a dos niños en un paso de cebra de Basurto. Considera que la causa fue «el absoluto desprecio a las señales de tráfico».
Ruben PASCUAL |
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a R.R.T. a dos años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente al atropellar el 3 de enero de 2006, en un paso de peatones del barrio bilbaino de Basurto, a dos niños de 7 y 4 años de edad.
El tribunal ha estimado en parte el recurso interpuesto por los progenitores de los pequeños fallecidos contra una resolución anterior que imponía al conductor sólo una multa.
La Audiencia vizcaina considera que la causa del accidente no fue una «confusa señalización», sino «el desprecio total y absoluto a las circunstancias y a las señales de tráfico».
En la resolución judicial hecha pública ayer por parte de la sección segunda de la Audiencia Provincial, se atienden, en parte, los recursos de apelación interpuestos por el Ministerio Fiscal, así como por la familia de las víctimas.
La resolución revoca la sentencia del Juzgado de lo Penal número 5 de Bilbo, por la que se condenaba al procesado a la pena de dos meses de multa con una cuota diaria de 12 euros (720 euros en total) por dos faltas de imprudencia leve con resultado de muerte, además de un año de privación del derecho a conducir cualquier vehículo a motor.
Así, la Audiencia de Bizkaia considera a R.R.T. «autor criminalmente responsable de dos delitos de homicidio imprudente» y le impone penas de un año de prisión por cada uno de los delitos y un año de privación del derecho a conducir vehículos a motor.
El trágico suceso tuvo lugar el 3 de enero de 2006 a la altura del número 12 de la Avenida Montevideo del barrio bilbaino de Basurto. En el lugar existía un paso de cebra, advertido mediante señalización vertical, así como mediante marcas viales, como la línea de detención continua y transversal a la calzada dos metros antes del paso de cebra, y bandas de líneas anchas que configuran el paso de cebra para peatones. El semáforo principal y el aéreo se encontraban quince metros después.
Atropello
El acusado, que circulaba por el carril central tras haberse desplazado instantes antes desde el derecho, «debido a la falta de atención a la conducción, no se percató de que, en ese momento, varios peatones cruzaban la calzada a través del paso de cebra».
El conductor centró su atención en el semáforo aéreo, «que creyó que le regía», y viendo limitada su visibilidad por una camioneta que se hallaba detenida ante el paso de peatones y tras la que había una hilera de vehículos, el procesado continuó con su trayectoria a la velocidad de entre 50 y 60 kilómetros por hora, hasta arrollar a los menores Aitor y Oihane A.B., de 7 y 4 años, respectivamente, que se habían adelantado ligeramente a su padre cuando éste se paró a recriminar al conductor de la camioneta.
Oihane A.B. falleció poco después de ser ingresada en el Hospital de Basurto, mientras que Aitor, falleció esa misma noche en Urgencias de la Residencia Enrique Sotomayor de Cruces, tras haber llegado a ser estabilizado horas antes.
Poco después del accidente, el Departamento de Obras Públicas y Transportes de la Diputación vizcaina instaló semáforos en el paso de cebra.
Según la sentencia, «la causa del atropello reside en el total y absoluto desprecio a las circunstancias de la circulación y a las señales de tráfico». Asimismo, apunta que el conductor debería haber circulado prestando atención a las circunstancias del tráfico.
Kepa Landa, abogado de los padres de las víctimas, considera que la resolución es «muy lógica y clara», porque «que haya habido un comportamiento imprudente muy serio por parte de un conductor, no es una conducta de casualidad». Subrayó, además, la importancia de este tipo de sentencias, porque «pueden ayudar a que la gente se dé cuenta de lo que supone conducir un vehículo y la atención que hay que prestar».
Kepa Landa, abogado de la familia de las víctimas, opina que la sentencia es «muy lógica y clara». Señaló que puede servir para concienciar a la gente sobre «la atención que hay que prestar a la conducción».
El accidente provocó una gran polémica debido a que los vecinos habían pedido en reiteradas ocasiones la instalación de semáforos en el paso de peatones, que se llevó a cabo poco después del atropello mortal.