Txente REKONDO (GAIN)

EEUU es un país lleno de tópicos e imágenes preconcebidas, sobre todo para sus aliados en Occidente, pero buena parte de ellos desaparecen al entrar en el contacto directo con su población. Sin embargo, pasan desapercibidas cuestiones que llaman la atención, como es el caso del relativamente bajo número de estadounidenses que tienen pasaporte. Sin ir mas lejos, la candidata republicana a la Vicepresidencia del país, Sarah Palin, se lo ha sacado recientemente.

Un comerciante de un pueblo de Nevada explica que existe un amplio abanico de razones para explicarlo. «Están las responsabilidades familiares y laborales, la falta de dinero o el poco tiempo de vacaciones e, incluso, la obligación de atender los negocios familiares, sobre todo en zonas de la `América profunda y rural', sin olvidar que la extensión del propio país invita a muchos estadounidenses a pasar sus vacaciones de forma doméstica».

La depreciación del dólar frente al euro ha supuesto una reducción en los gastos de muchas familias medias, y les ha impedido también viajar al extranjero e, incluso, desplazarse por el país. La población estadounidense, altamente dependiente del vehículo -la mayoría de gran potencia- y , por lo tanto, habituados a un elevado consumo de gasolina, se ha visto también afectada por el encarecimiento del combustible.

A estas cuestiones hay que añadir la crisis inmobiliaria, y todas ellas explican por qué las prioridades del estadounidense medio están más ligadas a los asuntos económicos que a las impopulares guerras que su país mantiene en distintos puntos del planeta.

Campaña electoral

A dos meses de las elecciones presidenciales, la mayoría de las encuestas señalan que tras las convenciones los republicanos han conseguido reducir importantes diferencias porcentuales respecto al candidato demócrata, Barack Obama. Una cuestión clave ha sido la elección de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, para acompañar a John McCain en su carrera a la Casa Blanca, propuesta que no ha dejado indiferente a casi nadie y que está favoreciendo a los republicanos.

Palin ha suscitado una gran expectación entre el electorado femenino, sobre todo el más conservador, pero puede acabar atrayendo el voto femenino demócrata que aborrece a la familia Clinton. Además, su vida personal puede jugar también en clave favorable y ha rentabilizado tanto el que su hijo menor padezca síndrome de Down como el embarazo de su hija de 17 años, una cuestión que ha reforzado su imagen entre las clases más humildes de algunos estados del Oeste. Además, su postura ultraconservadora, rechazando el aborto, defendiendo la posesión de armas o la explotación energética de las riquezas del Ártico, suponen un atractivo importante para los más neoconservadores.

Es evidente que McCain pretende apostar por esta mujer para afianzar las bases de su propio partido, mientras que él se dirigirá a un público más elitista. De esta manera, se prevé que los ejes de la estrategia próxima republicana las estrategia republicana serán atacar los puntos débiles de Obama, alejarse de la etiqueta de «McBush» otorgada por los demócratas, promocionar los aspectos más positivos de Palin e incidir en su capacidad para superar la crisis económica.

Es irónico que ambos candidatos se presenten como la alternativa de cambio. Ambos pretenden romper con la etapa de la Administración Bush. Obama sólo tiene esa vía para hacerse con la Presidencia, mientras que McCain pretende con ello que no se le identifique con los errores de su predecesor.

Aniversarios

Cuando se cumplen siete años del 11-S, mientras las fuerzas políticas resaltan que «el enemigo está cerca de la derrota» y en las calles de EEUU ondean las banderas a media asta y se hacen llamamientos a «recordar a los héroes del 11-S», muchos expresan su cansancio por los mandatos de Bush y su deseo de cambio, pero dudan de la capacidad de Obama para lograr la victoria. Otros, sobre todo quienes se alinean con las tesis mas conservadoras, hacen suyo el lema «nObama», que exhiben sus coches.

En las próximas semanas el pulso por ganar el voto de las minorías raciales y de los sectores descontentos de ambos partidos será clave para decantar la balanza en uno u otro lado. En cualquier caso, en calles y pueblos de buena parte de EEUU la vida sigue su curso, aislados, consciente o inconscientemente, de gran parte del mundo y atentos a sus aficiones. Como dice una pareja de Chicago: «Tras las elecciones, gane quien gane, nuestra vida diaria no cambiará mucho».