La crisis en Bolivia se extiende
Países vecinos alzan su voz en apoyo a Morales, que apela al diálogo
El número de muertos en Bolivia asciende a 14, aunque podrían ser bastantes más. El viceministro coordinador de los movimiento sociales, Sacha Llorenti, acusó directamente al prefecto del departamento de Pando de «dirigir esta masacre» así como «la cacería desatada» contra «humildes campesinos». El presidente, Evo Morales, volvió a convocar a los prefectos para intentar lograr una solución. Venezuela, Argentina, Brasil y Honduras le mostraron su apoyo.
GARA | LA PAZ
La delicada situación de Bolivia ha traspasado las fronteras del país. La crisis desatada por las continuas protestas de los opositores y la muerte el miércoles de, al menos, 14 campesinos a manos de paramilitares es ya un problema regional. Así lo evidencia la postura de los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina y Honduras, entre otros.
En declaraciones a Telesur, el viceministro de Justicia responsabilizó directamente al prefecto de Pando (al norte), Leopoldo Fernández, de las «agresiones organizadas al servicio de oligarcas terratenientes que se niegan a dejar el poder. No es nada casual». Aseguró que los agresores iban en «vehículos oficiales de la prefectura» y denunció «actos de tortura, ocio y racismo contra humildes campesinos». «Hasta les han cortado las manos. Queremos hacer esta denuncia internacional de lo que ocurre en Pando», destacó. El viceministro coordinador de los movimientos sociales, Sacha Llorenti, exigió a Leopoldo Fernández que «pare de una vez esta masacre».
«Tenemos constancia de que muchos campesinos han huido por la cacería emprendida en Pando y que ni siquiera permiten la entrada de personal para atender a los heridos. Sabemos que van de casa en casa deteniendo a personas de acuerdo a su origen étnico. El responsable directo y principal protagonista de esta masacre es el prefecto que ha aprendido mucho del dictador Hugo Banzer Suárez», subrayó Llorenti en una comparecencia televisada.
Ayer, había tres aeropuertos fuera de servicio; el de Trinidad, Cobija y Tarija. Hace cuatro días, la compañía American Airlines suspendió sus vuelos a Bolivia.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García, decretó un duelo nacional de 24 horas y envió sus condolencias a las familias de las víctimas. Añadió que la muerte de campesinos y trabajadores es la culminación de una «escalada terrorista criminal» que comenzó el martes con el asalto y saqueo de instituciones públicas en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.
Para las 18.00, hora local, estaba prevista una reunión entre Evo Morales y el prefecto de este último departamento, Mario Cossío. Él fue el único que aceptó la convocatoria presidencial.
El jefe de Estado reiteró su «apuesta por el diálogo, la dignidad y unidad del país pese a la provocación. «Tal vez yo sea el culpable por decirle a la Policía Nacional que use las armas contra el pueblo y algunos se aprovechan de eso para ofender a los funcionarios y obligarlos a defender su vida», manifestó.
En el plano diplomático, se han sucedido las expulsiones de embajadores. El miércoles, el Gobierno de Bolivia declaró «persona no grata» al de EEUU, Philip Goldberg, a quien acusó de «encabezar la división» y los incidentes en cinco de los nueve departamentos del país. Washington hizo lo mismo al día siguiente con el representante boliviano, Gustavo Guzmán.
Chávez: «Váyanse al carajo»
Venezuela también ha movido ficha en este complicado tablero. «En solidaridad con Bolivia», Chávez ordenó en la noche del jueves la retirada del embajador Patrick Duddy, que días antes había viajado a EEUU.
«A partir de este momento -jueves por la noche- tiene 72 horas para salir de Venezuela», anunció en un acto de apoyo al candidato del Partido Socialista Unidos de Venezuela. «Aquí hay un pueblo digno, yanquis de mierda. Váyanse al carajo cien veces», exclamó.
En un mensaje transmitido por los canales estatales de radio y televisión, adelantó que Venezuela no tendrá otro embajador en Washington hasta que «se instale un gobierno que comience respetando la dignidad de Venezuela y América Latina», ni tampoco aceptará un embajador de ese país en Caracas.
En alusión a los supuestos planes para cometer un magnicidio, Chávez afirmó que no tiene dudas de que «el imperio norteamericano está detrás del golpe de Estado desvelado en las últimas horas, por lo que mandé venir a nuestro embajador en Washington, Bernardel Álvarez, antes de que lo echen».
En un multitudinario acto celebrado frente al Palacio de Miraflores, en Caracas, alertó que «van a ser días difíciles, porque vendrán más ataques de George W. Bush, que se va por la puerta trasera de la Historia y deja a su propio país sumido en una gran crisis». Tras acusarle de «pretender llenar América Latina de miseria y violencia, e intentar detener la fuerza de los pueblos que se han levantado en paz», Chávez exigió a Bush que «respete la soberanía de nuestros pueblos, gobiernos; sólo respeto, no pedimos más nada».
Incidió también en que Venezuela es «indesestabilizable, ni política ni económicamente, porque se ha recuperado con un alto grado fortaleza».
Por ello, instó a su gran enemigo que «se olvide de esa locura del golpe de Estado porque pierden el tiempo y no van a lograr detener esa revolución».
Otro de los países que ha tomado partido a favor de Morales es Honduras. Su presidente, Manuel Zeleya, suspendió temporalmente la recepción con el nuevo embajador estadounidense, Hugo Llorens, que le iba a presentar sus credenciales. Su llegada a Tegucialpa estaba prevista para el mediodía de ayer.
Otro de los frentes que se le ha abierto a la Casa Blanca además de Bolivia y Venezuela es Argentina. El llamado «caso del maletín» -la presunta financiación por parte de Caracas de la campaña electoral de Cristina Fernández- amenaza con tensar las relaciones entre ambos países. Buenos Aires acusó a Washington de utilizar este caso con «fines políticos subalternos». Resaltó que está basado «en material armado y producido por el FBI con conocimiento de autoridades políticas de EEUU.»
«Son grupos que se aprovechan de la situación, a los que les interesa conspirar contra la democracia», subrayó Morales. Resaltó que la oposición se ha movilizado a favor del neoliberalismo, no por la autonomía.
El Departamento de Estado de EEUU atribuyó las expulsiones de sus embajadores «a la debilidad de Chávez y Morales». Este último logró el 68% de los votos en la consulta del 10 de agosto.
Como presidenta de la Unión de Naciones Americanas y también de Chile, Michelle Bachelet repudió los actos violentos en Bolivia, donde «hay autoridades legítimamente electas y que recientemente han sido refrendadas».
El Departamento del Tesoro de EEUU acusó a dos altos cargos venezolanos del Directorio General de Inteligencia Militar de apoyar a las FARC «en el tráfico de drogas» y les incluyó en su «lista negra». Además, expulsó al embajador de Venezuela.
El aniversario del golpe de Estado de Chile y la muerte de su legítimo presidente Salvador Allende volvió a generar enfrentamientos entre carabineros y manifestantes. Uno de ellos, identificado como Germán Ávila, se debatía entre la vida y la muerte tras recibir el impacto de una bomba lacrimógena lanzada por la Policía en la comuna de Pudahuel, en el sector occidental de Santiago. El intendente -gobernador- de la Región Metropolitana, Álvaro Erazo, dijo que había trece carabineros y cuatro civiles heridos, y que arrestaron a 60 personas en Santiago. Erazo acudió al Hospital de Carabineros para interesarse por la salud de los agentes. El subsecretario de Interior, Felipe Harboe, informó que todos están bien y defendió la actuación del cuerpo de Carabineros.
Una mujer embarazada de cuatro meses, Teresa Sepúlveda, recibió sendos disparos en la pierna en la comuna de Puente Alto, por lo que fue trasladada al hospital Sotero del Río, mientras que otra persona fue herida por arma blanca en La Pintana y una tercera tuvo que ser ingresada con una bala en la espina dorsal.
Las redadas policiales de cara a este 35 aniversario comenzaron una semana antes. El número de detenidos ascendió a 577. El plan especial de vigilancia constaba de un considerable aumento de la vigilancia policial, especialmente, en los barrios de la periferia. «Estamos preparados, trabajando y esperamos no tener muchos incidentes. No obstante, de manera tradicional hay un grupo que se dedica a articular este tipo de hechos más ideológicos», declaró Harboe en los días previos al aniversario.
En esa misma comparecencia, pidió «a los padres y adultos que eviten que niños que nada conocen del 73 participen en estas manifestaciones».
Organismos de izquierda y de derechos humanos han venido denunciando la «criminalización de la protesta» en Chile. Aún está en el aire el permiso a la celebración de una marcha masiva hasta el Cementerio General. Las autoridades ayer todavía no habían respondido a la solicitud de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, que agrupa a numerosas organizaciones sociales, de izquierda y familiares de víctimas de la dictadura.
En el marco de este aniversario, allegados de desaparecidos arrojaron flores en el mar, en Valparaíso, donde se supone que fueron arrojados los cuerpos.
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El Gobierno de Brasil afirmó que «no tolerará una ruptura del ordenamiento democrático en Bolivia». Por su parte, la presidenta de Argentina reiteró «su pleno e incondicional» apoyo a Morales. Dos voces que se suman a otras muchas más.
