De la luna de miel tras el 11-S al actual divorcio entre Rusia y EEUU
Rusia ofreció su mano tendida a EEUU tras los ataques del 11-S. Buscaba un acercamiento sincero y, de paso, justificaba su propia «guerra al terror checheno». Siete años después, Moscú advierte a EEUU de que mejor haría en aceptar la cooperación de Rusia y olvidarse de sus desafíos en el Cáucaso y en Europa Oriental. Los analistas coinciden en certificar el divorcio creciente entre ambas potencias.GARA |
El presidente ruso, Dimitri Medvedev, reiteró ayer la diposición del Kremlin a cooperar plenamenta con EEUU y otros países en la «lucha contra el terrorismo». Pero advirtió asimismo de que esta cooperación «es mucho más útil para EEUU que el desarrollo de relaciones con regímenes corruptos que se lanzan a aventuras militares», en alusión a Georgia .
Con motivo de un encuentro con expertos en Moscú, el inquilino del Kremlin advirtió que «el mundo ha cambiado» y no dudó en comparar los ataques del 11-S con la ofensiva georgiana contra sus aliados surosetas.
Lejos quedan aquellas horas posteriores a los ataques a EEUU, cuando el entonces presidente, Vladimir Putin, fue el primero en contactar con su homólogo estadounidense, George W. Bush. Interesado en legitimar su propia guerra chechena, Putin no dudó en suministrar informaciones secretas y en cooperar con EEUU en la instalación de bases en las repúblicas ex soviéticas de Uzbekistán y Kirguistán para facilitar la ofensiva de venganza contra los talibán afganos.
El desencuentro ha sido creciente en los últimos años. EEUU no sólo no ha tenido gestos conciliadores hacia Moscú. Al contrario, las «revoluciones de colores», el escudo antimisiles y la irrupción estadounidense en el Cáucaso han llevado a Rusia a responder con la fuerza en Georgia, e incluso a provocar a Washington llevando bombarderos a su propio patio trasero latinoamericano (Venezuela) como respuesta a la llegada de barcos de la OTAN al Mar Negro.
«Los sentimientos se inflaman y el lenguaje poco diplomático por ambas partes (...) revela claramente que las relaciones ruso-estadounidenses pasan por un momento muy malo y duro», certifica Rose Gottemoeller, analista del Centro Carnegie de Moscú.
Nino Burjanadze, antiguo aliado del presidente georgiano Mijail Saakashvili, ha exigido abrir una investigación sobre la decisión del Gobierno de atacar Osetia del Sur.
La UE ha prometido a Bielorrusia retirar sus sanciones y ayuda financiera si accede a la llegada de observadores de la OSCE en los comicios de fin de mes.