Tal y como pronosticaban las encuestas y los sondeos a pie de urna, Tzipi Livni, se alzó con la victoria en las elecciones primarias del gobernante Kadima. Tras suceder al primer ministro israelí, Ehud Olmert, acorralado por múltiples escándalos de corrupción, al frente del partido, Livni optará a la jefatura del Gobierno, pero antes tendrá que negociar con sus socios la formación de un nuevo Ejecutivo, tarea en la que la todavía ministra de Asuntos Exteriores se puso a trabajar ayer mismo.

Aunque se vaticinaba una amplia victoria, de más de diez puntos por encima de su rival, el ministro de Transportes y general retirado, Shaul Mofaz, finalmente Livni venció con el 43,1%, frente al 42% logrado por Mofaz. La diferencia fue de 431 votos.

La pírrica victoria en las primarias y las fuertes reticencias de los socios de la actual coalición auguran una tarea difícil para la nueva líder del Kadima, que tendrá que hacer equilibrios para lograr el apoyo de unos sin perder el de otros y sustentar así la frágil coalición que mantiene en el poder al Kadima, o sustituirla por otra. Ayer noche tenía previsto reunirse con Eli Yishai, viceprimer ministro y líder del partido ultraortodoxo Shass, así como con los otros dos candidatos en las primarias, y hoy lo hará con Mofaz, quien ayer anunció su retirada de la política.

La futura coalición que Livni se propone formar depende de la posición del Shass, partido que juega un papel central en la coalición gubernamental pese a tener sólo doce diputados y sin el cual será difícil la constitución del nuevo Gobierno, según los analistas. Yishai condicionó su participación al cumplimiento de una serie de requisitos planteados por su partido. Exigió que el nuevo Gobierno «descarte toda negociación sobre el futuro de Jerusalén», cuya parte oriental fue ocupada y anexionada en 1967 por Israel, y reclamó una subida de los subsidios a las familias numerosas.

«Si es extorsión destinar dinero a los niños, entonces somos extorsionistas», señaló al responder al ex ministro laborista de Exteriores Ofir Pines-Paz, quien indicó que si Livni sucumbe a la extorsión, el Partido Laborista no formará coalición.

Estabilidad

Después de la próxima dimisión de Olmert, que se prevé que la anuncie el domingo a su Gabinete, Livni dispondrá de 42 días para lograr una nueva mayoría, de lo contrario se convocarían elecciones anticipadas. Los contactos con el resto de partidos de la Knesset (Parlamento) comenzarán hoy. El jefe del principal partido de oposición, el derechista Likud, Benjamín Netanyahu, exhortó a Livni a acordar con él una fecha para el adelanto de elecciones legislativas «lo antes posible».

Tras conocer su victoria, Livni anunció su intención de ponerse inmediatamete a trabajar para «formalizar cuanto antes una coalición estable ante los graves retos a los que se enfrente Israel», y llamó a la unidad en el seno del Kadima.

Entre los retos figuran «las amenazas externas» a la seguridad, la necesidad de «explotar las oportunidades» de hacer avanzar las conversaciones con la Autoridad Palestina derivadas de la Conferencia de Annapolis, que ella ha venido dirigiendo desde el año pasado, y «las incertidumbres económicas» por la repercusión de la crisis mundial.