Risas y alboroto, mucho alboroto. La llegada del actor metido a cineasta Ben Stiller suscitó gran interés entre los seguidores de Zinemaldia y sobre todo en sus fans, que se agolparon en la entrada del hotel en el que se alojará el equipo de «Tropic Thunder» y se acercaron también a la sesión de fotos que ofrecieron por la tarde antes de presentar su exitoso largometraje.

La película, que ha sido dirigda, guionizada y protagonizada por el propio Stiller, se centra en la historia de cinco hombres que intentan rodar una película sobre la guerra de Vietnam. La historia comienza a torcerse cuando el rodaje empieza a retrasarse y el director decide llevar a sus actores a una jungla en la que previamente ha instalado cámaras ocultas. Rodará el largometraje mientras éstos intentan salir de ese entorno, donde se tendrán que enfrentar a una banda de narcotraficantes asiáticos.

Stiller, que ha presentado su cuarto título como director, acudió a la presentación acompañado por su compañero de reparto Robert Downey Jr., que regresa a la gran pantalla después del gran éxito obtenido por su interpretación en la película «Iron Man», dirigida por Jon Favreau. A juicio del creador, el papel de Downey tenía un peso muy importante, así como el tener bajo su mandato a «uno de los mejores actores de su generación». No obstante, ironizó que «si él está aquí es porque Sean Penn no se encontraba disponible», comentario que fue respondido con las carcajadas de los periodistas.

Reírse de uno mismo

Durante la presentación, ambos hicieron hicieron gala del buen humor que se respira entre ellos, tanto que no pararon de hacerse bromas y de vacilar con los asistentes a una rueda de prensa que comenzó con más de veinte minutos de retraso. Tanto Stiller como Downey coincidieron a la hora de asegurar que el rodaje del filme fue «divertidísimo» y que se limitaron a «reírnos de nosotros mismos».

«Todos los actores estuvimos en todo momento conectados con la película y pudimos hacer cada uno su aportación», dijo Stiller, al tiempo que se congratuló por el reparto con el que contó para hacer la película, donde participan también Jack Black y Nick Nolte.

En ese sentido, explicó que «no hemos hecho humor en contra de nadie, ni a expensas de nadie, es sólo una oportunidad de retratar nuestro mundo y de reírnos de nuestra propia imagen».

Respondiendo a las preguntas de los periodistas, que se refirieron a la actual situación política en EEUU, Stiller afirmó no ser un creador «realista» y que su objetivo a la hora de hacer cine no es transmitir un mensaje predeterminado. Así, siguió en su línea humorística asegurando que «si haces comedia y la gente no se ríe, siempre puedes decir que se trata de una película dogmática».

Su mayor fuente de inspiración son sus propios actores, «todos los personajes de la película». «Es el compromiso que adquieren los actores con su trabajo lo que hace que me inspire», dijo.

Asimismo, apuntó que, durante los ensayos previos al rodaje, se dio cuenta de que actuaban mejor si no seguían el guión al pie de la letra, y que cada uno lo interpretaba de la manera como mejor se sentía.

Stiller hizo un «esfuerzo» en comprender por qué su película, que llegará a los cines comerciales el viernes de la semana que viene, se presenta en la Sección Oficial fuera de concurso. Primero dijo no estar «familiarizado» con el tipo de cintas que se proyectan durante el certamen, pero no pudo aguantarse las ganas de decir que el cartel de su largometraje «no pega» con el resto de carteles de películas que se ven junto al Kursaal.

«A juzgar por los carteles de las películas en este festival, todas parecen muy intensas y dramáticas, así que es lógico que participemos fuera de concurso», recurrió también al humor Robert Downey.

Tampoco pasó por alto la colaboración de Tom Cruise en esta cinta. El actor estadounidense encarna al productor del filme que intentan realizar en la jungla bajo un disfraz que se asemeja mucho a una especie de versión de «Torrente» al estilo yankee, sin casi pelo en la cabeza, con unas gafas sicodélicas, pelo en pecho y «flotadores» que consiguen que sea casi imposible reconocer quién es el actor que está detras de ese personaje.

Stiller aseguró que trabajar con uno de los mejores actores del momento «no fue nada difícil», ya que ofreció el «100% de su capacidad». Además, dijo que, aunque Cruise nunca había participado en ningún proyecto de estas características, «desde el primer momento se sumergió en el personaje», cosa que facilitó mucho el trabajo a la hora de representar un papel poco conocido en él.