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El halcón Taro Aso es designado nuevo primer ministro de Japón

Tras una escenografía que le ha devuelto parte de la iniciativa política perdida, el eterno PLD japonés ha elegido primer ministro. Después de tres intentos infructuosos, el halcón Taro Aso ve su sueño convertido en realidad. La formación que gobierna el país del Sol Naciente desde 1955 busca, con su elección y con la inminente convocatoria de elecciones anticipadas, frenar el ascenso de la oposición del PJD, que domina desde julio del pasado año el Senado.

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El halcón Taro Aso fue designado nuevo primer ministro de Japón por el PLD (derecha), con la tarea de llevar a este movimiento, en el poder el último medio siglo) a la victoria en las próximas elecciones legislativas

Aso fue elegido presidente del PLD por 351 votos (de un total de 527) de los cuadros del partido tras la dimisión el primero de setiembre de Yasuo Fukuda.

Antiguo jefe de la diplomacia japonesa, Aso ha basado su campaña en el refuerzo del peso político y militar nipón y ha hecho suyo el plan de relanzamiento económico diseñado por su antecesor para hacer frente a la crisis económica.

Aso fue elegido en primera vuelta sobre otros cuatro candidatos, entre ellos los ultraliberales ministro de Política Económica, Kaoru Yosano, y Yuriko Koike, la candidata del ex primer ministro, Junichiro Koizumi. El hijo del gobernador de Tokio, Noboteru Ishihara, y el experto en cuestiones militares Shigeru Ishiba completaban, junto a Aso, el bautizado como «Club de los Cinco» que ha acaparado la atención de los medios de comunicación estas últimas semanas.

El diario «Yomiuri» avanzó a mediados de mes que el futuro primer ministro podría ofrecer carteras a sus rivales cuando dé a conocer mañana la composición de su Gobierno antes de volar a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas.

Aso afrontará una dura tarea en plena recesión económica y deberá justificar medidas neoliberales draconianas como el incremento de las cotizaciones de las personas de edad en el nuevo plan de cobertura médica.

Un largo sueño

Taro Aso se ganó justa fama de halcón al frente del Ministerio de Exteriores (2005-2007). Defiende la alianza con EEUU pero una postura firme ante China y sus exigencias de reparación histórica por las masacres de la II Guerra Mundial.

Defiende el relanzamiento de los presupuestos públicos frente al neoliberalismo de sectores cruciales del partido.

Su imagen y su verbo fuerte rezuman autoridad, en contraposición a la timidez de su predecesor, Fukuda, amigo del compromiso.

Su biografía personal es todo menos ortodoxa en este país. Representó a Japón en tiro al plato en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976. Obligado a volver de EEUU y Gran Bretaña por una familia inquieta por la marcha de sus estudios, partió a los 30 años a Sierra Leona donde trabajó dos años como tratante de diamantes. Cultiva su imagen de amante del manga en un intento de buscar popularidad entre los más jóvenes. Para más inri, no oculta su condición de católico.

Todo ello no es óbice para que Aso provenga de una larga y fructífera dinastía de ex primeros ministros.

Tras sus últimos tres fracasos frente a Koizumi, Abe y Fukuda, su hora ha llegado en un momento muy delicado para el país del Sol Naciente.

El PLD quiere aprovechar el tirón para anticipar las elecciones

Al designar a Aso, el PLD, aspira a retomar la iniciativa política después de haber sido dado por muerto.

En su escaso año de mandato, Fukuda no pudo contener el avance del opositor PJD y tuvo que dimitir. Esta formación, con mayoría en el Senado, pensaba haber dado un golpe definitivo al PLD, pero este último ha dado un golpe de mano al poner en escena la elección de su sucesor.

Una puesta en escena muy cuidada. «El PLD ha concentrado toda la atención con su profusión de candidaturas, algunas de ellas puramente formales», estima Robert Dujarric, director del Instituto de Estudios sobre el Japón Contemporáneo.

La intención de voto al PLD ha repuntado ocho puntos en el último mes, alcanzando el 43%, frente al 26% que las encuestas auguran al PJD. El 59% de los encuestados aseguran preferir a Aso como primer ministro frente al líder opositor, Ichiro Ozawa, que fue ratificado en la Presidencia del PJD el pasado domingo.

Desde que venció en las elecciones al Senado de julio de 2007, la oposición reclamaba elecciones anticipadas. Todo apunta a que las tendrá este otoño pero ahora por iniciativa del PLD, que quiere aprovechar el tirón.

Autoproclamado paladín de los más débiles, el PJD sigue sin convencer sobre su capacidad de convertirse en alternativa al PLD, en el Gobierno casi ininterrumpidamente desde 1955.

«El PJD es un poco un clon del PLD, sus dirigentes provienen de esta formación y no hay diferencia de programas. El PLD no tiene verdadera oposición», añade Dujarric, ante una izquierda muy débil. GARA

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