Los tres atentados que ha llevado a cabo ETA en apenas 24 horas han suscitado como respuesta el aumento de «una es- pecial atención y vigilancia», tal y como reconoció ayer el vicepresidente y consejero de Interior del Gobierno de Nafarroa, Javier Caballero. La Asociación Independiente de la Guardia Civil (ASIGC) instó además públicamente a los miembros del Ejército español y las FSE a extremar las precauciones.

En cuanto a los detalles de las acciones, el Ministerio de Interior español informó de que los tres vehículos fueron robados y «presumiblemente» cargados con explosivos en el Estado francés.

«La situación de riesgo en Navarra es permanente, pero ante los últimos acontecimientos hay una especial atención y una especial vigilancia en una coordinación absoluta entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», afirmó por la mañana el vicepresidente y consejero de Interior del Gobierno de Nafarroa, Javier Caballero.

Por su parte, ASIGC realizó un llamamiento a los miembros del Ejército español y las FSE para que aumenten las medidas de seguridad y autoprotección. La central mayoritaria de la Policía española, el Sindicato Unificado de la Policía, aprovechó por su parte la nota de prensa en repulsa del atentado para arremeter directamente contra el PNV.

En el Estado francés

El Ministerio español de Interior busca datos policiales sobre unas acciones que han provocado alarma, como constatan sobre todo las declaraciones del consejero de Interior de Lakua tras la explosión de Ondarroa. Javier Balza lo equiparó con la deflagración contra la Guardia Civil en Legutio, que costó la vida a un agente.

Ayer informó de que las pesquisas policiales han confirmado que el vehículo utilizado en Santoña como coche-bomba fue robado el pasado 12 de setiembre en una localidad del Estado francés. Aunque sin precisar la fecha y los lugares de las sustracciones, Interior también informó de que los otros dos coches utilizados en los atentados contra la Ertzaintza en Ondarroa y la Caja Vital en Gasteiz fueron también robados en el Estado francés, probablemente a inicios de este mes.

La noticia la dio el propio ministro español del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se desplazó hasta la localidad cántabra de Santoña. Añadió que «presumiblemente» también fueron cargados con explosivos al otro lado de la frontera y luego trasladados hasta los tres objetivos para los atentados.

Sólo un autor en Ondarroa

Lo que sí confirmó Rubalcaba fue que el coche-bomba de Santoña fue robado el día 12 en el Estado francés, y aseguró que la Ertzaintza, al cargo de las investigaciones de los atentados de Gasteiz y Ondarroa, baraja la misma hipótesis.

En cuanto a la cantidad y el tipo de explosivos utilizados, Rubalcaba no lo precisó y se limitó a indicar que «no hay que saber mucho para saber que era un coche cargado con mucho explosivo».

Lo que Rubalcaba ni Lakua afirmaron fue el dato que ofreció ayer EiTB. Según difundió, el coche-bomba que cruzaron ante la comisaría de la Ertzaintza de Ondarroa no fue colocado por dos personas, sino que todo habría sido obra de una única persona. Esa misma persona, después de apearse del vehículo y abrir el maletero, fue el autor del lanzamiento de cócteles molotov al edificio, sobre el que el consejero Javier Balza ha aportado una hipótesis: que tendrían el objetivo de atraer a ertzainas hacia el lugar de la explosión.

Sobre la autoría de los atentados no se han difundido tesis policiales, ni siquiera especulaciones, al contrario de lo habitual. Las explosiones de Gasteiz y Ondarroa se produjeron con un margen temporal de cuatro horas. Tampoco se han ofrecido detalles sobre cómo fueron activados los tres coches-bomba.