La derecha se proponía liquidar las conquistas obtenidas desde la caída de la monarquía y la proclamación de la República. En realidad, no aceptaba ni la autonomía de Catalunya, ni la prevista para Euskadi, ni la reforma agraria, ni la limitación del poder de la Iglesia, ni las reformas de la enseñanza... La entrada de la CEDA en el gobierno el 4 de octubre, a cuyo máximo dirigente, Gil Robles, las izquierdas consideraban el Hitler español, provoca que el Partido Socialista, las Juventudes Socialistas, la UGT, el PCE, Izquierda Comunista, el Bloque Obrero y Campesino y sectores de la CNT agrupados en las Alianzas Obreras llamen a la huelga general en todo el Estado español. Era el 5 de de octubre de 1934.

Este acontecimiento tuvo una fuerte incidencia en los herrialdes de Gipuzkoa y Bizkaia, algo menos en Nafarroa y escasa incidencia en Araba. En Euskal Herria, militantes de Solidaridad de Obreros Vascos, de Acción Nacionalista Vasca, de la CNT y de Izquierda Republicana también se sumaban a la huelga general, que fue total durante una semana en Bizkaia y Gipuzkoa, desde el 5 hasta el 12 de octubre. En varias localidades tuvo el carácter de huelga insurreccional, siendo ocupados los pueblos por obreros y mineros armados: Eibar, Arrasate, Hernani, Aretxabaleta, Portugalete, Gallarta, Galdames, Ortuella, Erandio, Barakaldo, Sestao, Somorrostro, La Arboleda...

Como señalan los partícipes en los hechos: «No se nos entregó ningún programa, nosotros mismos lo elaboramos sobre la marcha. Una cosa teníamos bien clara, nuestro objetivo era la Revolución Socialista. Las pocas medidas que tomamos iban en esa dirección».

Se dictaron bandos declarando la república socialista, abogando por la igualdad social y aboliendo el dinero; se pedía la obediencia de la población al régimen constituido.

La represión del movimiento fue encabezada por el ejército. Cuarenta huelguistas resultaron muertos en Euskal Herria y 1.051 en el total del Estado. En Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Nafarroa 2.000 huelguistas fueron detenidos.

Todas las organizaciones obreras, políticas y sindicales fueron clausuradas, sus bienes confiscados; la totalidad de los centros obreros y de izquierda permanecerían cerrados durante casi un año. Las organizaciones socialistas, anarquistas y comunistas quedan fuera de la ley y sus líderes en la cárcel o en el exilio. En menor medida, la represión afecta al sindicalismo nacionalista, SOV, que tampoco puede actuar libremente. En el mes de septiembre el gobernador ya había nombrado nuevas gestoras municipales, compuestas por elementos carlistas y radicales, dejando fuera de ellas a las izquierdas, ANV y PNV.

Este episodio histórico ha quedado relegado en la gran mayoría de los trabajos históricos generales y locales, creemos que por la influencia de la guerra del 36, aunque para nosotras y nosotros fue, precisamente, la experiencia acumulada por varios miles de personas, socialistas, comunistas, anarquistas, republicanas, ugetistas, y también solidarios vascos y militantes de ANV, en la preparación y en la propia insurrección de octubre y tras la derrota en las cárceles y en el exilio, la que permitió tras la sublevación franquista frenar y echar por tierra los planes del general Mola de ocupar Gipuzkoa y Bizkaia en pocos días.

Personas que hoy participamos en Intxorta 1937 Kultur Elkartea tenemos elaborados y publicados dos amplios trabajos sobre esos hechos en las poblaciones de Eibar y de Arrasate, dos de los lugares más importantes en octubre de 1934 en Euskal Herria. Teniendo en cuenta que en octubre de 2009 se cumple el 75 aniversario de la insurrección de 1934, conocida como La Octubrada, nos planteamos un nuevo objetivo a desarrollar durante el año que queda: la elaboración de un trabajo colectivo sobre la insurrección de octubre en toda Euskal Herria, de manera que pueda ser presentado públicamente el mes de octubre de 2009.

Nuestra propuesta va dirigida a todas las personas que quieran participar en este trabajo. Para contactar con el grupo pueden hacerlo a través de la página web: www.intxorta.org

Cualquier persona, testigo de aquellos hechos, que quiera aportar algo y quiera ser entrevistada, cartas enviadas desde las cárceles de Ondarreta, Larrinaga y prisión provincial de Iruñea, o de los fuertes de Guadalupe y San Cristóbal, o de los barcos prisión de Bilbo, fotos, historias contadas a sus familiares... son elementos que pueden ayudarnos a completar el trabajo que durante meses llevamos realizando en los archivos y hemerotecas.

El resultado de este trabajo colectivo puede ser una aportación interesante y hasta ahora inédita sobre lo ocurrido esos días en Euskal Herria. Este recuerdo constituye nuestro homenaje a la actitud combativa de esas personas, que lo dieron todo, hasta la vida, por que la libertad, la igualdad y la justicia social fueran los pilares de esa nueva sociedad.