Los trabajadores tienen hoy una cita muy señalada con la reivindicación, en el marco de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente convocada por la Confederación Sindical Internacional. En pleno siglo XXI, los tiempos que corren confieren un contenido cada año más amplio y profundo a esta iniciativa, cargada de viejas denuncias como la precariedad laboral, la caída de los sueldos, la discriminación en la remuneración de las mujeres y los empleados temporales, las dobles escalas salariales... Viejas pero no caducas, sino plenamente vigentes cuando en el penoso camino hacia unas condiciones laborales dignas la clase trabajadora se ve empujada a retroceder hasta estadios de precariedad que parecían enterrados en el pasado.

Y en el extenso inventario de materias sensibles para los trabajadores, destaca por su crueldad la elevada tasa de siniestralidad laboral, que ayer mismo subió un triste peldaño más con la muerte de un operario en Etxarri Aranaz. En lo que va de año han muerto en Euskal Herria 76 personas en su puesto de trabajo, una cifra siempre demasiado elevada, tanto como el volumen de esfuerzo institucional pendiente en materias como la prevención y la salud laboral.