Premio Nobel para el hallazgo de los virus del sida y cáncer de útero
Los descubrimientos de dos virus, el del VIH y el del papiloma humano, que cada año se cobran la vida de millones de personas en todo el mundo, han sido distinguidos este año con el Nobel de Medicina. Los premiados son los franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier y el alemán Harald zur Hausen. En el caso de los galos, el premio pone fin a la disputa mantenida con el estadounidense Robert Gallo, sobre quién identificó primero el virus del sida.
Joseba VIVANCO | GASTEIZ
¿Recuerda las primeras palabras que pronunció Buzz Aldrin cuando puso el pie el la Luna? Seguramente nadie. Porque Armstrong ya había sido el primero en dejar su huella. A tanto llega ese olvido que la famosa huella lunar que sigue dando la vuelta al mundo no es de Amstrong, sino de Aldrin. Por cierto, lo que dijo el olvidado de Buzz fue una frase igual de trascendental: «¡Qué maravillosa desolación!».
La anécdota viene a cuento porque el Premio Nobel de Medicina anunciado ayer en Estocolmo ha venido a hacer justicia con uno de esos «segundones» de los que tantos hay en la larga historia de los descubrimientos. En esta caso, se trata de una «segundona», la doctora francesa Françoise Barré-Sinoussi, a quien le debemos el mérito histórico de ser la primera en identificar en el laboratorio el virus que primero bautizaron como LAV (asociado a la linoadenopatía) y más tarde se conoció, tristemente, como VIH.
El máximo galardón médico que se otorga cada año en el mundo premió ayer a tres científicos claves en la investigación contra dos males que desde que dieron con ellos, hace ya unos cuantos años, siguen lapidando muchas vidas. El Premio Nobel de Medicina 2008 ha sido concedido en esta ocasión al alemán Harald zur Hausen y a los franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier, por sus descubrimientos, realizados por separado, sobre los virus del cáncer cervical y del sida, respectivamente.
El segundo de esos virus se ha cobrado ya la vida de 40 millones de personas desde se describieran los primeros casos en 1981. El primero, el conocido como virus del papiloma humano, se ha convertido en una espada de Damocles más para la salud de las mujeres de todo el mundo, ya que está detrás del segundo tipo de cáncer más común entre el sexo femenino, el de cáncer de cuello del útero. Este mal es llamado también «el asesino silencioso» de las mujeres, porque a menudo es detectado demasiado tarde.
Fin a una dura pugna
Barré-Sinoussi y Montagnier, que comparten una mitad del premio, descubrieron el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida. La primera trabajaba en el laboratorio que dirigía Montagnier en el Instituto Pasteur en París, equipo que identificó el virus VIH a partir de los ganglios linfáticos de un homosexual francés llamado Frederic Brugiere. «El descubrimiento fue fundamental para la comprensión actual de la biología de esta enfermedad y su tratamiento retroviral», ha argumentado el Comité Nobel en su comunicado.
Esta concesión, quizá esperada en cualquiera de las ediciones de los Nobel por la relevancia del descubrimiento, no sólo ha dado a conocer a la doctora Barré-Sinoussi, quien junto a Luc Montagnier, pero también a su colega Jean-Claude Chermann, firmó el famoso artículo de la revista "Science", el 20 de mayo de 1983, donde anunciaban haber aislado el virus. El galardón, para muchos observadores, ha venido a terciar y poner fin a la histórica disputa sobre quién fue el verdadero descubridor del virus del sida.
Es sabido que desde el mismo momento de su hallazgo, el doctor Montagnier ha mantenido una dura pugna con el estadounidense Robert Gallo por ver sobre quién recaída el mérito de haber sido el primero en dar con el virus. Aquella disputa llegó incluso a enfrentar a París y Washington. Finalmente, la comunidad científica se decantó por el francés, en detrimento de las «dudosas» artes del estadounidense.
Ayer, los premios Nobel sellaron definitivamente esa prolongada disputa y, de paso, volvieron a poner en primera línea informativa un mal que sigue matando a millones de personas.
El virus del papiloma humano se ha convertido en una espada de Damocles para la salud de las mujeres, ya que es la causa del segundo tipo de cáncer más común entre el sexo femenino, el cáncer de cuello de útero.
El Comité Nobel calificó de «fundamental para la comprensión actual de la biología de la enfermedad del sida y su tratamiento antirretroviral» la identificación del virus VIH realizada por los franceses Barré-Sinoussi y Montagnier.
Mientras la búsqueda de vacunas preventivas contra el sida sigue lenta pero sin pausa -Montagnier cree que es tirar el dinero a la basura-, la recientemente comercializada contra el virus del papiloma humano no convence a todos los expertos.