Las bolsas vivieron ayer una jornada dramática, con pérdidas de hasta el 10%, ante el pánico de contagio de la crisis financiera estadounidense y pese a los mensajes tranquilizadores de los gobiernos. La práctica totalidad de los mercados europeos registró las mayores caídas de los últimos años. El desplome de los títulos bancarios fue seguido de fuertes caídas de los valores de construcción, industriales y automovilísticos.

El índice selectivo de la Bolsa de Fráncfort, el DAX 30, perdió un 7,07%, la mayor caída desde junio de 2006 y la Bolsa de Milán cedió un 8,24%, el mayor desplome desde su privatización en 1998. En esa misma línea, el CAC-40 de París bajó un 9,04%, la mayor caída de sus 20 años de historia. Las principales pérdidas de la jornada corrieron a cargo de los valores financieros, en particular el franco-belga Dexia, que en el parqué parisiense se dejó un 20,28%. Londres cedió el 7,85%, y Madrid un 6,06%, la segunda mayor caída del año. (Ver página 29).

En Moscú fue necesario interrumpir la negociación, Estocolmo cerró con un 7,24% en negativo y Copenhague cedió un 11,06%, mientras que el parqué vienés llegó a perder más de un 10% en el mayor derrumbe bursátil de su historia.

Los títulos bancarios estuvieron en el epicentro del terremoto, que también sacudió al mercado de divisas con la cotización más baja de los últimos trece meses del euro a 1,35 dólares. La moneda única acusó la fuerte inseguridad de los inversores, que han vuelto a apostar por el dólar, ante la necesidad de liquidez en EEUU y el miedo a nuevas quiebras. El euro también se resintió de la actuación del Gobierno alemán y del Banco Central Europeo (BCE) en favor del Hypo Real Estate (HRE), el segundo banco hipotecario del país, al borde de la quiebra. El HRE, que fue el protagonista en la bolsa de Fráncfort y se encuentra en una situación peor de lo imaginado, recibirá líneas de crédito por valor de 50.000 millones de euros y Berlín ha acudido en su apoyo por segunda vez en una semana. Pese a que podrá responder a sus obligaciones, su cotización en Bolsa cayó un 34,90%. Todos los títulos, fundamentalmente los bancarios, se vieron arrastrados al vacío. Pero el pánico no se limitó a la banca ni a Alemania. La relación de entidades en crisis, fusiones forzadas y acciones de rescate gubernamentales se extiende ya a Gran Bretaña, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, donde ayer se reunieron los ministros de Finanzas de la UE para analizar la situación. Los líderes de la UE prometieron que para proteger tanto el sistema financiero como los depósitos de los ahorradores adoptará cada uno «todas las medidas necesarias para asegurar la estabilidad del sistema financiero, ya sea mediante la inyección de liquidez procedente de los bancos centrales, por medidas dirigidas a ciertos bancos o por medio de dispositivos reforzados de protección de los depósitos».

Coordinación

«Ningún depositante en bancos de nuestros países ha sufrido pérdidas», añadió la declaración de los Veintisiete. Los dirigentes europeos constataron «la necesidad de una coordinación y de una cooperación estrechas», una declaración de intenciones que no se corresponde con los hechos.

Para evitar el pánico, no ya en los mercados sino en la calle, la canciller alemana Angela Merkel garantizaba en nombre del Estado la totalidad de los depósitos bancarios de los ahorradores, que se calculan ascienden en Alemania a 586.000 millones de euros. Y ello a pesar de que Merkel criticó el sábado la misma medida adoptada por Irlanda. El Estado portugués también decidió garantizar la totalidad de los depósitos en las entidades financieras que operan en su territorio. En la mayor parte de los países de la UE, esa garantía es de un máximo de 20.000 euros, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quiere elevarla en toda la UE a 40.000 euros, un asunto que hoy se planteará en la reunión de ministros del Ecofin.

En Wall Street, La Bolsa de Nueva York bajó un 3,52% y cerró por debajo de los 10.000 puntos, algo que no ocurría desde octubre de 2004. Pero durante la sesión llegó a perder más de 800 unidades (7,75%).

Las autoridades de EEUU, con el presidente George W. Bush al frente, lanzaron un llamamiento a la calma al afirmar que el plan de rescate financiero acabará surtiendo efecto, aunque reconocieron que no será de forma inmediata.