Uno. Titulares para culpabilizar al Gobierno cubano. Numerosos titulares de prensa internacional afirman que el Gobierno de Cuba ha rechazado la ayuda humanitaria ofrecida por el Gobierno de Estados Unidos tras los huracanes Gustav e Ike. Para una buena parte del público, lector exclusivo de titulares, el mensaje recibido es evidente: la supuesta falta de sensibilidad de un gobierno que, por motivos de rivalidad política, rechaza una valiosa ayuda a personas en una situación drámatica.

En muchas de la noticias publicadas ni siquiera se explican los motivos del rechazo cubano: la imposición de condiciones inaceptables por parte del Gobierno de EEUU, como el envío de un grupo de inspección a las áreas afectadas, que convierten el ofrecimiento en una clara provocación política, por varias razones:

En primer lugar, es una condición especialmente impuesta a Cuba, y no a otros países afectados por desastres naturales.

En segundo lugar, Cuba ya dispone de un eficiente sistema de prevención, gestión y evaluación de daños reconocido y elogiado por organismos como la Secretaría de la Estrategia Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres. Hay que recordar, además, que el Gobierno de EEUU ha utilizado reiteradamente este tipo de inspecciones con fines militares y de espionaje en otros lugares del mundo. Y que él jamás ha aceptado una inspección similar en su territorio.

En este sentido, debemos recordar el rechazo del Gobierno de EEUU a una brigada de más de 1.500 médicos cubanos tras el paso del huracán Katrina, una ayuda ofrecida por el gobierno de Cuba sin condición política alguna.

Dos. La prohibición de la solidaridad con Cuba no es relevante para los medios. Ninguno de los grandes medios informa sobre otro aspecto clave en este asunto que destapa las contradicciones y el doble juego de la Administración norteamericana: el hecho de que la solidaridad de la ciudadanía estadounidense con Cuba sigue siendo un delito en EEUU. El envío de fondos o materiales a la isla puede ser sancionado por el Grupo de Trabajo para la Aplicación de Sanciones a Cuba con penas de hasta 10 años de prisión y multas de hasta un millón de dólares para empresas y de hasta 250.000 dólares para individuos. La prohibición es especialmente dolorosa para la población cubana emigrada a EEUU, a la que el bloqueo prohíbe, por ejemplo, el envío de ayuda económica a sus familiares. Ninguna de estas informaciones aparece en los medios.

Tres. Prensa que da voz a la extrema derecha de Miami. Algunos diarios de gran tirada, además, colaboran a extender las sospechas sobre el buen destino de la ayuda material a Cuba. El 7 de septiembre, el periódico español «El Mundo» dedicaba una página a dar voz a colectivos de la extrema derecha de Miami. El presidente del grupo Vigilia Mambisa repetía a dicho diario los tópicos recurrentes sobre el supuesto desvío de la ayuda humanitaria. Afirmaba que, en una ocasión anterior, los alimentos enviados a la isla fueron destinados al Ejército, a la venta en dólares, e incluso a la población de Haití y República Dominicana. Hay que aclarar que este grupo, Vigilia Mambisa, que el diario «El Mundo» califica como «organización radical opositora», se dedica a la agresión física y hostigamiento a cualquier persona que abogue por el acercamiento cultural, social o político entre Cuba y Estados Unidos.

Cuatro. Voces contra el bloqueo que no existen en los medios. Los grandes medios internacionales han silenciado el llamado de intelectuales y artistas de Cuba a la derogación del bloqueo norteamericano a Cuba en estos momentos dramáticos . Ningún analista en nómina de los grandes medios ha observado el carácter contradictorio entre el ofrecimiento de una exigua ayuda de 100.000 dólares en condiciones inaceptables y los enormes costes económicos de un bloqueo de 50 años a un pequeño país del Tercer Mundo, cuyo costo es estimado por su gobierno en 93.000 millones de dólares.