Olaso
Sombra
Sólo la ignominia puede guiar a quien presentó en público a Aritz Azkona y Mikel Jiménez como miembros liberados de ETA a sabiendas de su decidida voluntad de declarar en la Audiencia Nacional. Sólo la ausencia absoluta de ética profesional puede haber movido a quien rechazó esta comparecencia para forzar su detención a las puertas mismas del juzgado. ¿Qué voluntades pretenden forzar? ¿Con qué métodos? La sombra de la tortura