«Paracaidas dorados»
Sueldos millonarios para hundir el sistema financiero
Las bolsas y el sistema financiero atraviesan en estos meses uno de los peores periodos de la historia. En EEUU no ha ocurrido nada parecido desde la Gran Depresión de 1929. En Europa, los bancos se tambalean también por la falta de confianza, y la economía parece abocada a una dura y prolongada recesión. El germen de este colapso de las instituciones financieras y su derivación hacia la economía mundial se encuentra en Wall Street y sus sueldos millonarios.
Alberto CASTRO
Een el punto más alto de la lista de los grandes beneficiados se encuentra Stanley O'Neal, que ganó cerca de 100 millones de dólares el año pasado. Su salida de Merrill Lynch en octubre de 2007, en plena fabricación de la crisis, fue premiada con 161 millones de dólares. El consejero delegado de Lehman Brothers, el único banco en quiebra por ahora, es Richard Fuld. Su salario en 2007 rondó los 40 millones de dólares, mientras que desde 1993 a 2007 obtuvo compensaciones por valor de 490 millones de dólares.
El primer banco en ser rescatado, Bear Stearns, pagó 13 millones de dólares a su consejero delegado, James Cayne, al abandonar la cabeza de la entidad. Otras fuentes elevan la cantidad hasta los 60 millones. La compañía fue adquirida en junio de este año por JP Morgan. Los tres bancos de inversión arruinados por la crisis, junto a Goldman Sachs y Morgan Stanley -reconvertidos en bancos comerciales para participar del pastel del rescate-, habrían pagado a sus consejeros 3.100 millones de dólares entre 2003 y 2007. En el caso de Wachovia, la última entidad expuesta a la quiebra, su consejero delegado, Kenneth Thomson, fue gratificado en la despedida con 42 millones de dólares.
Las tres aseguradoras rescatadas -AIG, Freddie Mac y Fannie Mae- también tenían contratos blindados con sus directivos, aunque Robert Willumstad, consejero de la primera, parece haberse negado a recibir la gratificación de 22 millones de dólares. Sin embargo, aceptó de buen grado los 7 millones de dólares por tres meses de trabajo.
Los consejeros delegados Daniel Mudd (Fannie Mae) y Richard Syron (Freddie Mac), también fueron despedidos con honores, pero se habrían quedado sin cobrar los 16 y 8 millones que, respectivamente, tenían comprometidos. El Gobierno Federal se ha opuesto a respetar esas asignaciones por los malos resultados. La caja de ahorros y préstamos Washington Mutual, por su parte, entregó 14 millones de dólares a Kerry Killinger, y otros 19 millones a Alan Fishman por tres semanas de trabajo.
Todos los principales directivos de estas compañías, aunque con diferentes niveles de responsabilidad en atención a la duración de sus contratos, han originado pérdidas de 130.000 millones de dólares. Si añadimos los quebrantos generados por Morgan Stanley, Northern Rock, Citigroup, JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs, UBS, Royal Bank of Scotland y HSBC, la cifra global supera ampliamente los 320.000 millones de dólares.
En Europa, también se ha producido una polémica con estas compensaciones. Por ejemplo, el exdirector ejecutivo del banco belga-holandés Fortis, Herman Verwilst, dimitió a finales de setiembre tras tres meses en el cargo y tenía estipulados 5 millones.
El continuo goteo de bancos rescatados en las últimas fechas podría reproducir los debates sobre la justicia y la ética de estas jugosas primas para los despidos, ahora conocidas como «paracaídas de oro».
No obstante, la historia podría no haber acabado en EEUU, donde el FBI ha iniciado investigaciones preliminares para saber si si han producido prácticas fraudulentas. Por el momento, las compañías en problemas y sus directivos no dan muestra alguna de moderación en los gastos. A la polémica fiesta de AIG en California, con un costo superior a los 400.000 dólares, se unió ayer el dispendio de 150.000 euros por parte de Fortis en un ágape de comerciales.
La división aseguradora belga de Fortis, rescatada con dinero público, celebró ayer «un evento culinario exclusivo» en el hotel más caro de Mónaco para 50 personas. Un almuerzo vale más de 300 euros y una noche en el hotel una media de 1.500 euros.
Las medidas extraordinarias adoptadas por gobiernos y bancos centrales no han servido como torniquete a la sangría de los mercados bursátiles, que, con las de ayer, cerraron la semana con pérdidas por encima del 20%. En una jornada tan negra como las precedentes, la bolsa española registró la mayor caída de su historia, el 9,14%, con lo que se sitúa en niveles similares a los de finales de abril de 2005 y acumula en el ejercicio una bajada del 40,74%; En París, el CAC 40 se desplomó un 7,3%, el DAX 30 de Fráncfort perdió un 7,01%, el S&P de Milán el 7,14% y el FTSE de Londres un 8,85%; el SMI de Zúrich, el 7,79% y así sucesivamente. Los mercados siguen impulsos aparentemente irracionales ajenos a los estímulos exteriores. Ante el dramatismo de la situación, en los corros se especula con la posibilidad de un cierre temporal de las bolsas en todo el mundo para que los inversores analicen con detenimiento la situación, una propuesta apoyada por el presidente italiano, Silvio Berlusconi, y descartada por Estados Unidos. La jornada bursátil en Europa comenzó con el amargo sabor dejado por Wall Street en la sesión anterior, que cayó más del 7%, hasta su nivel más bajo desde 1987, y por Tokio. La puntilla, en la recta final de la negociación, la volvió a poner Wall Street, que abrió con un descenso del 6,99%, que luego moderó. Los inversores intuyen que la crisis financiera ha calado en la economía real y afectará a las cuentas de las grandes locomotoras de la economía.
Por otro lado, el fondo de 30.000 millones, ampliable a 50.000, para la adquisición de activos financieros «de calidad» en el Estado español, que ayer aprobó el Consejo de Ministros, tendrá control parlamentario cada cuatro meses y comenzará a operar antes de que acabe el año con un crédito extraordinario de 10.000 millones. El Gobierno prevé que el resto de operaciones se hagan el año que viene. Dicho fondo, cuyo objetivo es aumentar la financiación a empresas y particulares, invertirá en activos financieros de máxima calidad, emitidos por las entidades de crédito. El Ejecutivo también dio el visto bueno al aumento hasta 100.000 euros de la cobertura del fondo de garantía de depósitos y del de garantía de inversiones para los clientes de entidades financieras y gestoras de fondos, que entrará en vigor hoy.
El pánico que presidió los mercados provocó una reunión de los ministros de Finanzas y gobernadores del G7 en Washington. Nadie parece saber qué hacer para recuperar la calma tras los rescates, las inyecciones de dinero y la bajada de tipos.
Tanto el presidente estadounidense, George Bush, como el secretario del Tesoro, Henry Paulson, repiten los llamamientos a la calma e insisten en que pasará algún tiempo antes de que las extraordinarias medidas adoptadas surtan efecto.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo que «es urgente que haya un alto nivel de cooperación internacional», ya que «los problemas en los mercados van ahora más allá de las pérdidas de efectivo (del sector financiero)».