Ocurra lo que ocurra en el Rumanía-Francia que se va a disputar en el estadio Farul de Constanza, las consecuencias van a ser trágicas para alguno de los dos entrenadores. Tanto Domenech como Piturca se juegan su cabeza en este envite, después de que hubieran tropezado estrepitosamente en el primero de sus partidos de la liguilla de clasificación.

Ni siquiera las victorias que los dos combinados consiguieran en su segundo encuentro ha disipado las dudas sobre la continuidad en el cargo de ambos técnicos. Añadir una nueva derrota al casillero sería prácticamente decir adiós a las posibilidades de clasificación para Sudáfrica y la guillotina automática para la cabeza de uno de los dos entrenadores.

De hecho, tras caer ante Austria, Domenech ha tenido que hacer frente a una enorme presión por parte de la prensa deportiva gala, que no ha parado de desvelar nombres sobre un posible sucesor. Los mandatarios de la Federación Francesa se reunen el lunes y un nuevo desliz en tierras rumanas podría precipitar los acontecimientos.

Para impedir su destitución, confiará en los culés Abidal -jugará de central izquierdo para cubrir la baja de Gallas- y Henry, mientras que el joven Gourcuff se encargará del eje del ataque. Asimismo, se mantendrá hasta el último momento el concurso de Ben Arfa.

En parecida situación, Piturca, catalogado como un míster conservador, ya dio la sorpresa en la lista de convocados al cambiar a la mitad de los jugadores que fueron citados en la pasada Eurocopa. Por lesiones o bajo rendimiento, titulares consagrados han dejado paso a jóvenes promesas, lideradas por el centrocampista Gabi Muresan, que ha sorprendido por su buen rendimiento en Champions en su club, el Cluj.

Sin embargo, sí estarán futbolistas clave en el grupo de Piturca, como son el delantero Mutu y el capitán Chivu, ausentes ante Lituania. Los rumanos quieren hacer olvidar, además, la imagen rácana que ofrecieron ante Francia en el último torneo europeo de selecciones.

A uno y otro lado del Atlántico

De la jornada sabatina destacan dos grandes duelos a uno y otro lado del Atlántico. En el viejo continente se medirán Alemania y Rusia en pos del liderato del grupo cuatro, con los teutones dispuestos a hacer valer el factor campo y los liderados por Arshavin preparados para dar un golpe de efecto en Dortmund.

Mientras, en Buenos Aires se disputará otro clásico del Río de la Plata, tradicionalmente caliente, entre Argentina y Uruguay, con un sólo punto de diferencia en la tabla a favor de los dirigidos por Alfio Basile.