Helen Groome Geógrafa
Generando crisis
Hay que distinguir entre las dos maneras de gestionar los comedores escolares: bien como parte integral de la enseñanza pública, con implicaciones para el aprendizaje de cómo y qué comer, o bien como una mera oportunidad de ganancia económicaHay personas del Gobierno vasco que siguen canalizando fondos económicos y mercado hacia grandes empresas, en detrimento de economías y poblaciones locales. Aunque en público dicen estar preocupadas por las crisis, ellas las están generando.
Dos veces he escrito acerca de la gestión de los comedores escolares en este espacio. A la tercera la vencida... literalmente. Educación del Gobierno vasco ha boicoteado económicamente a los comedores escolares gestionados por las Asociaciones de Madres/Padres de Alumnado hasta tal punto que ha habido una claudicación general de éstas y desde septiembre de 2008 sólo queda media docena de colegios cuyos comedores escolares están fuera de las manos de grandes empresas de catering... siendo la gestión de los comedores escolares por dichas empresas el sistema preferido y activamente favorecido por el Gobierno vasco.
Todo muy democrático. Negar dinero público a sistemas de gestión reclamados por padres y madres del alumnado para meter lo mismo o más en otros, reclamados éstos por grandes empresas. Hay que distinguir entre las dos maneras de gestionar los comedores escolares: bien como parte integral de la enseñanza pública, con implicaciones para el aprendizaje de cómo y qué comer, tal y como lo han procurado hacer las AMPA sin ánimo de lucro; o bien como una mera oportunidad de ganancia económica, tal y como contempla y promueve el Gobierno vasco.
La AMPA que gestiona el comedor escolar de Karrantza ha claudicado, con las implicaciones que tiene para la calidad del alimento, el comedor como espacio pedagógico, el desarrollo rural... Desde septiembre de 2008 dejamos de tener más personas cuidadoras que lo establecido por la ley (la AMPA contrataba más de cara a la pedagogía del espacio del comedor), dejamos de comprar materias primas para alimentos en el Valle de Karrantza, ahora todo, absolutamente todo, se compra fuera, y dejamos de cumplir con un criterio establecido en su día en nuestro Consejo Escolar de que el profesorado se dedicase a las horas lectivas en clase y que no tuviera que inmiscuirse en el comedor. Ahora el profesorado vuelve a estar en el comedor.
Al coger una gran empresa de catering nuestro comedor escolar, ¡bingo!, el Departamento de Educación nos pone recursos para dar el servicio de comedor a alumnado de dos años, antes ni ayuda económica ni asesoramiento. Ahora pone mobiliario de cocina, antes nada. Ahora garantiza personal de cocina, antes nos amenazaba cada dos por tres con quitárnoslo.
¿Algo va mejor? Bueno, ahora el menú que reparte me dice cuántas proteínas y cuántos carbohidratos come mi hija con cada comida. Pero ni rastro de información acerca de dónde viene el alimento y a dónde va el dinero. Pero no debería quejarme. Ahora que los beneficios de nuestro comedor los come una gran empresa, el Gobierno vasco devuelve a mi hija su pequeña beca de alumna transportada. ¿Así quiere comprar mi silencio? Es todo un ejemplo de empleo democrático de fondos públicos.