Jorge Zubiaga Carles Presidente ADIMDE-Agrupación de Industrias Marítimas de Euskadi
Coyuntura actual del sector marítimo
Se antoja necesario garantizar en la medida de lo posible el futuro de esta industria, garantizando sus cobros, y sin que se vea afectada por vaivenes en la contratación de buques que marca el mercado
La Industria Marítima, aun habiendo reducido sensiblemente el volumen de nuevas contrataciones en el primer semestre del año 2008, continúa en unos niveles de carga de trabajo que le permiten mirar al horizonte con cierta tranquilidad, a pesar de encontrarnos en una difícil coyuntura económico-financiera internacional, que está originando una sensible pérdida de empleo general en casi todos los sectores.
A nivel estatal, el año 2008 está siendo uno de los mejores años (el mejor de los últimos cuatro), situándose muy cerca de los niveles anteriores a la reconversión, disponiendo en estos momentos del 1,1% de los contratos mundiales. Lo que supone el 17% de los contratos europeos.
Durante el primer trimestre del año 2008, Corea mantiene el liderazgo en la construcción naval con el 43,1% de cuota de mercado. China, por contra, ha contratado en el mismo periodo un 51% menos que en el último trimestre del pasado año, seguida de Europa con un 38% menos.
Bajando un escalón más, poniendo el foco en el sector a nivel autonómico, destaca la cartera de pedidos de los astilleros vascos, unos 45 buques, lo que garantiza una carga de trabajo para los próximos tres o cuatro años.
Las previsiones en cuanto a la facturación y el empleo para el año 2008 del sector marítimo vasco son de consolidación, con una estimación en facturación directa de 1.470 millones de euros, y un empleo directo de 9.300 trabajadores.
La aparición, a nivel internacional, de nuevos países con una capacidad constructiva emergente contra los que Europa no puede competir en mano de obra, hace que la única ventaja que puede hacer que el sector naval europeo continúe siendo uno de los principales motores económicos sea mantener el alto nivel tecnológico de los buques que se construyen en Europa.
Por ello, esta tecnología, que nos permita construir buques innovadores y de alto valor añadido, debe estar centrada en la optimizaron del uso del acero o posibles sustitutos y la gestión de las personas, equipos y materiales, siendo los equipos y materiales incorporados entre el 50 y el 60% del costo de un buque y la mano de obra tan intensiva, toda pérdida en su gestión hace que el proyecto sea de beneficio o pérdidas.
La Industria Auxiliar y de Equipos supone las cuatro quintas partes de la mano de obra necesaria en el astillero durante el proceso de construcción de un buque, por eso el astillero debe ser tractor también de ese personal y de esa industria, no tractor a secas.
El nuevo modelo de relaciones entre astillero e Industria Auxiliar, firmado recientemente en Madrid, deber ser un paso adelante en la gestión conjunta del proyecto de construcción, mediante una colaboración más estrecha, una mejor comunicación y mayor participación de la Industria Auxiliar en las decisiones.
Por eso, y dados los cada vez mayores peso e importancia de la Industria Auxiliar en el proceso de construcción de un buque, se antoja necesario garantizar en la medida de lo posible el futuro de esta industria, garantizando sus cobros, y sin que se vea afectada por vaivenes en la contratación de buques que marca el mercado y que hace que puedan ver afectados sus cobros. Por ello sería necesario, en aras a garantizar el desarrollo futuro de esta industria tan necesaria para el astillero, que el fondo de garantías de Pymar aumente su cobertura a las empresas de la Industria Auxiliar fabricantes y subcontratista del astillero. Con ello se obtendría una mayor implicación de éstas en el sector, con unas garantías proporcionales a su responsabilidad en la construcción del buque.
Se abre, no obstante, un periodo de incertidumbre por la crisis financiera internacional, que aunque en estos momentos no afecta al sector naval vasco, sí que puede influir a futuras financiaciones de buques y a contratos pendientes de esa financiación, y podría influir negativamente en el futuro del sector.