Dieron las dos del mediodía y a los pocos minutos los funcionarios del Registro del Congreso de los Diputados cerraron la puerta y se fueron a disfrutar del fin de semana. Tras ellos se cerraba también la posibilidad de que el PNV presentara una enmienda a la totalidad del proyecto de presupuestos del Estado y el PSOE podía comenzar a disfrutar de su salvación.

Las negociaciones entre el portavoz jeltzale, Josu Erkoreka, y el del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, se prolongaron durante toda la mañana hasta el momento mismo en el que debía sonar la campana. Al parecer, hubo también llamadas a la Moncloa para intercambiar impresiones con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Al final se consiguió un principio de acuerdo que impidió que el PNV presentara una enmienda a la totalidad. En caso de que las coas se tuerzan en los próximos días, todavía le queda el arma de votar el miércoles junto a los enmendantes la devolución de las cuentas al Ejecutivo.

Para ofrecer sus votos decisivos, el PNV había puesto como condición inicial la transferencia de la competencia de investigación científica y técnica -que según el Estatuto aprobado en 1979, es «exclusiva» de la CAV «en coordinación con el Estado»- y la de políticas activas de empleo. Es decir, el PNV pedía algo que ya debiera ser de las instituciones vascas. Como dijo el lehendakari, Juan José Ibarretxe, en el último pleno de política general del 26 de setiembre, «de nuevo, a los vascos, se nos exige abonar un precio político para conseguir arrancar unas transferencias que por ley nos hubiera correspondido gestionar desde hace tiempo».

El PSOE dijo pronto que no a estas pretensiones, por lo que el PNV respondió que para conseguir su apoyo, al menos era necesario obtener una de las dos transferencias, y se centró en la de investigación.

Transferencia parcial

Según lo que ayer trascendió del preacuerdo alcanzado, el PNV no ha logrado ni siquiera toda la transferencia, puesto que se habla de una transferencia «parcial concurrente». La versión del PSE, transmitida por su portavoz, Rodolfo Ares, es que «los socialistas vascos siempre hemos defendido que la de Investigación y Desarrollo es una competencia concurrente entre Administraciones y, por lo tanto, precisa del acuerdo entre ambas. Al final, ha sido ese acuerdo que demandábamos lo que se ha impuesto y nos alegramos de ello».

Además, el traspaso acordado se ha cuantificado en 85 millones de euros anuales. Esta cantidad es menos de lo que el Gobierno de Lakua gasta en la actualidad en la materia sin tener la competencia transferida. Según el anexo de «valoración económica de las materias pendientes de transferencia por el Estado que son financiadas con cargo a los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma», el gasto en investigación presupuestado para este 2008 era de 190,27 millones de euros. Por lo tanto, los 85 millones ahora negociados no llegan ni a la mitad.

Pero hay más. Según las negociaciones de años precedentes, el PNV se jactó de haber conseguido 100 millones de euros -«millón arriba o abajo», en palabras de Erkoreka- para esta materia de investigación en los presupuestos de 2007 y otros 74 en los de 2008.

Es decir, que según como se hagan las cuentas, podría resultar que la Comunidad Autónoma Vasca acabe perdiendo dinero sobre ejercicios anteriores.

Además, el pacto incluye, según se ha explicado, un «acuerdo político» sobre la ejecución del proyecto de Puerto de Pasaia, una infraestructura cuestionada en la zona.

Y también supone que el PSE se compromete a apoyar los presupuestos en las Juntas Generales y en el Parlamento de Gasteiz.

Las concreciones de los acuerdos alcanzados a última hora deberán hacerse en los próximos días, antes de la votación en pleno el próximo miércoles.

El PSOE necesitaba de los seis votos del PNV -y de los 2 del BNG para contrarrestar sustos de última hora con las abstenciones de UPN- para aprobar los primeros presupuestos del Gobierno de Zapatero en esta legislatura. Una devolución del proyecto, y más en la actual situación de crisis, sería un duro golpe para el Ejecutivo del PSOE.

Por eso el portavoz del grupo socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, se mostró muy contento con el preacuerdo alcanzado, que calificó como «muy satisfactorio para todas las partes», «bueno en su contenido» y que significa «transmitir un mensaje de estabilidad a la sociedad, a los empresarios y a todos los agentes económicos y sociales».

Por su parte, para el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, el acuerdo permitirá la mejora del tejido productivo de la CAV, de la competitividad y de los índices de investigación, y supone «proyectos de futuro». A esto añadió su creencia de que el pacto supondrá un «impulso económico importante no solamente para la investigación vasca, sino para la de todo el Estado».

No es lo mismo lo que opina Aralar, partido socio del PNV en la coalición Nafarroa Bai. Su vicecoordinador, Jon Abril, criticó que los jeltzales «hayan pactado los presupuestos de España con el PSOE porque esos intereses no son beneficiosos para Euskal Herria». Abril consideraba denunciable tanto que se mezclen los acuerdos presupuestarios con la demanda de competencias, como la tendencia de los jeltzales ha hacer prevalecer los grandes proyectos de infraestructuras que benefician «a unas pocas personas»