Pirineos en otoņo Pedraforca (1.497 m)
Uno de los picos más relevantes de la cadena Pirenaica, objeto de deseo de todos los Pirineistas es el Pedraforca (2497 m), que en otoño, por su altura y situación puede ser un destino a barajar. Su ascensión es inolvidable y no defrauda a nadie, y desde Mendia, os la proponemos.
Situada en los Pirineos Orientales, aunque considerada por algunos como PrePirineos Catalanes, Pedraforca presenta una imagen inconfundible, especialmente la de los dos picos más relevantes (Pollegó superior e inferior, separados por la enforcadura), mientras que visto del N es una alargada y rocosa muralla que impresiona.
El circuito que proponemos, con la ascensión a Pedraforca nace en el mirador de Gresolet a pocos minutos del refugio guardado Luis Estasen, que puede ser también el punto de encuentro, muy recomendable para pernoctar. La ruta es la del collado del Verdet, para regresar tras la cima por la vía de la tartera. Justo, desde el refugio nace una senda «inteligente» balizada con marcas de PR -«blanquiamarillas», que por cerrado bosque, de forma increíble negocia la progresión con las espectaculares paredes del la cara N de la montaña, salvando profundos barrancos (Riambau y Orenetes entre otros). El sendero es estrecho, en balcón y en ciertos pasajes algo aéreos. La prudencia deberá acompañar durante toda la salida los pasos del montañero.
De forma insospechada, el sendero, trepa con numerosos lazos buscando el collado del Verdet, por el único paso existente en los verticales farallones, por una vaguada suspendida y herbosa. La parte final hacia el collado es un muro sin descanso, exigente, dominando siempre las vertiginosas paredes del Pedraforca y las dos vertientes. Se encuentra ahora el deportista ante la parte más expuesta de la excursión, dado que se trata de una trepada sostenida (PD sup.), pero con buenos agarres y sin necesidad de material complementario (al menos en la subida).
Se supera un primer y empinado canal-corredor (ahora se deben seguir las marcas amarillas) para iniciar el recorrido de la cresta. Tras la primera cima Nord, se suceden dos brechas que se salvan por la vertiente S para iniciar de forma elegante y aérea los últimos pasos hasta la cima principal o Pollegó superior. La alegría por poseer este «trofeo» es difícil de narrar, tras una ascensión muy deportiva, con una cima que ofrece un paisaje dilatado y diferente para los mendizales vascos, poco habituales en este macizo. Recomendable para todos los Pirineistas.
Tras el merecido descanso el excursionista iniciará el descenso, ahora por la vertiente S, hasta la enforcadura y después por la E y N de nuevo. Se continúa por la cresta hacia el Calderer, también posible objetivo, montaña Dolomítica, con cable (vía ferrata) para alcanzar la cima. Una canal fácil conduce a los montañeros hasta la afamada enforcadura, entre la cima ascendida y el pollegó inferior. Allí se recuperan las marcas blanquiamarillas que llegan hasta el refugio Estasen. Nace aquí la larga, inestable pero rápida «tartera» hasta los 1800 m, y algo mas abajo de un estrechamiento de la pedregosa canal, el camino se inclina a la izda, para entre bosque, con camino bien trazado se flanquea la montaña hasta el refugio.