Raimundo Fitero
De chocolate
Ojo con el chocolate del loro. Las televisiones nos entretienen mostrándonos un desfile de moda con vestidos realizados en chocolate. Así, para comerte mejor. Colocada esta noticia en los sumarios de casi todos los noticiarios, uno empieza por entender que los forofos del fútbol pueden acabar siendo los más filósofos, la audiencia más sensata. Sí, al menos ven algo que es imprevisible en su resultado y que está sucediendo en ese momento. La moda dicen que es cultura, pero también empieza a ser gastronomía, aunque lo único que entendemos es que es una industria, aunque ahora, a los chinos les va a ser muy difícil, no tanto imitar como transportar, esos nuevos vestidos, que deben servir solamente en climas nórdicos. Y se vio en las imágenes repetidas con precisión publicitaria como se derretían y se caían. Pueden organizar unos estriptís a base de subir la temperatura de la sala.
De chocolate los vestidos, vida. De chocolate y nata. Las pasarelas se convierten en pastelerías, los vestuarios en obradores. Las teleseries de bandera compiten a Sofres descubierto y resulta que la primera estatal sigue con su tendencia al fracaso en sus apuestas más fundamentales. Indudablemente sus ofertas policíacas de baja intensidad no pueden ni con «El Internado», ni con esa reliquia de «Hospital Central». La serie de Antena 3 tiene calidad, ha sabido encontrar su lenguaje, abastece a una clientela ávida de emociones fuera del realismo chato, mientras que los casos de urgencias, hospitales, batas y líos, mantiene una fidelidad a sus seguidores que es correspondida. El resto malvive en su pelea. «Guante blanco» no es mal producto, pero se recrea en lo accesorio y no tiene un reparto convincente en su totalidad.
Así que el chocolate además de servir para quitar las penas, convertido como dicen sus exégetas en el sustituto del amor, desde ya es también la alternativa al algodón o la seda. En los anuncios de productos derivados del cacao que tanto frecuentan los intermedios van a aparecer sugerencias de ropa interior para incrementar los beneficios. Y la natalidad. Churros con chocolate. O viceversa. Faltan muchos euros de chocolate.