Juanjo BASTERRA

Nuevos casos de amianto de ex trabajadores de Sidenor alertan sobre la falta de medidas de prevención de las sustancias cancerígenas en el grupo siderúrgico y hacen temer que en los próximos años aparezcan más afectados.

Un informe de Osalan confirma que el trabajador A. P. M., ya fallecido, se contagió de ese mineral en su vida laboral, desde 1969 hasta 1993, en lo que fue Forjas Alavesas, ahora Sidenor, en manos de la multinacional brasileña Gerdau. Trabajaba en el horno de fusión y después en la colada continua, lugares en los que no se ponían medidas de prevención de riesgos laborales para evitar respirar las fibras que producen, tras un largo estado de latencia, diferentes tipos de cáncer.

Según el informe al que ha tenido acceso GARA, los representantes de Sidenor Industrial reconocieron que hasta 1982 en la acería se «utilizaba amianto como aislante» y afirman que, a partir de esa fecha, se sustituye por fibra de vidrio y cerámicas, «siguiendo un proceso de eliminación de amianto en toda la fábrica». Sin embargo, esta última afirmación hay que tomarla con precaución, porque el amianto siguió en las empresas del grupo, también en Orbegozo de Hernani y en Aceros de Llodio, que fueron cerradas de forma definitiva a inicios de los años noventa del siglo pasado, tras el proceso de reconversión.

Según consta en el informe, el 31 de mayo de 2001 «en el transcurso de una visita de Inspección de Trabajo a Forjas Alavesa (entonces ya Sidenor), se toman muestras de tubos de goma recubiertos de material aislante en el almacén de la sección de laminación y en el almacén de la fábrica». Un mes después, tras efectuar un análisis de esos materiales, «el laboratorio del área de contaminantes y toxicología del Instituto nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en Barakaldo confirma la variedad de amianto crisotilo en las muestras tomadas en la empresa».

Con fecha 19 de agosto de 2002, la empresa Ekonor informa del plan de trabajo propuesto para la retirada, acondicionamiento, envasado etiquetado, transporte y gestión de las mantas conteniendo amianto en diferentes puntos de la empresa». Desde 2002, según informa Osalan, a requerimiento de la Inspección de Trabajo, 55 trabajadores de mantenimiento eléc- trico y mecánico de la sección de Laminación y Tratamientos térmicos, dado que la zona de la acería desapareció con la reconversión que sufrió la planta de Gasteiz, se someten a exámenes postocupacionales para amianto, dado que la empresa nunca los realizó ni les previno de ese riesgo para la salud.

En 2007, son 46 los trabajadores que realizan el examen específico postocupacional para amianto. Osalan, ante ese hecho, ha exigido a Sidenor que establezca una vigilancia de la salud siguiendo el protocolo de vigilancia sanitaria específica de trabajadores que han estado expuestos a amianto.

La presencia de amianto en la empresa siderúrgica fue una constante y, por lo tanto, muchos trabajadores pueden estar afectados. Existe un informe de Aceros de Llodio en el que se recoge que «hasta principios de los años 80 se utilizaba, bajo diferentes formas, de manera constante en las acerías para evitar riesgos como fugas de acero líquido, de incendio y de pérdida de producción y equipos». También para evitar «salpicaduras de acero y escoria con riesgo de quemaduras e incendios». Aceros de Llodio contó «hasta con siete hornos en funcionamiento simultáneo».

El próximo 13 de noviembre se verá en Bilbo una demanda de un trabajador de Sidenor de la planta de Etxebarri por haber contraído cáncer por el contacto con el amianto. Este no es el único caso, ya se han dictado sentencias anteriores sobre los casos de tres trabajadores a los que la empresa tuvo que indemnizar porque estuvieron afectados por ese mineral cancerígeno. Según CCOO de Euskadi, en los próximos años fallecerán entre 8.000 y 10.000 trabajadores por esta causa.