KARAKORUM | Apertura
Un pico virgen en estilo alpino rápido
Tras un intento con retirada al Batura II, Hervé Barmasse y Simone Moro se hacen con el Beka Brakai Chhok (ED+, 6990 m, Karakorum). La pareja italiana lo escala en sólo dos días y muy ligeros, sin tienda ni sacos para vivaquear.
Andoni ARABAOLAZA
La cordada italiana no tuvo nada de suerte con el objetivo principal: el Batura II (7.762 m). Simone Moro lo intentó hace tres años pero volvió con las manos vacías. Esta vez, en cambio, ha sido por diferentes razones. Se presentaba con Hervé Bramase en esta montaña considerada como una de las cimas vírgenes más altas de la Tierra, y en su intento definitivo se llevaban una nada grata sorpresa. En la misma montaña y por la misma línea elegida estaba trabajando un grupo de 15 coreanos.
Tal y como nos afirma Moro, no querían enfrascarse en ningún tipo de carreras: «El grupo multitudinario coreano estaba fijando un montón de cuerda fija, y nuestra idea era escalar en equipo de dos, superligeros y en estilo alpino».
Casi sin tiempo para calentar en el Batura II, la cordada italiana se decanta por una retirada. Pero ya que estaban en la zona del Baltar Glacier, no podían desaprovechar las numerosas oportunidades que ofrecía el lugar para objetivos vírgenes: «Tras la renuncia al Batura II, nos decantamos por el hasta ahora pico virgen del Beka Bakai Chhok. Ya lo vi en el intento anterior y me fijé en él».
Este último casi sietemil también lo encararían en un estilo superligero y en alpino. Tras trece días sin moverse del campo base por culpa del tiempo, Barmasse y Moro escalan la montaña en tan sólo dos días. La idea era subir en el menor tiempo posible y sin casi peso, y lo lograron. Para la actividad se llevaron 2 litros de té, 4 barritas, algunos carbohidratos y nada de sacos ni tienda para vivaquear.
Para Moro, que en esta expedición «pasaba» de los ochomiles, ha sido una actividad redonda: «Ha sido una escalada muy bonita que la he compartido con Hervé. La cima, el estilo, la técnica y todo lo demás ha resultado perfecto. Después de 38 expediciones, puedo asegurar que tal sintonía no es normal, y es que durante la renuncia al Batura II no hubo desacuerdo».
Dos duras jornadas
Salen de la base de la pared (4.750 m) a las 5.00. Escalan unos inicios por terreno peligroso y difícil; todo ello a largos. Ya se encuentran en una aérea plataforma situada en una afilada cresta. Después escalan secciones verticales y desplomadas de hielo, duro mixto y con muchas zonas agrietadas. A partir de los 6.000 metros de altura se enfrentan a cinco duros largos cada uno de 60 metros por un terreno muy delicado en travesía que les llevaría hasta el amplio plateau. Atraviesan en diagonal el plateau, eso sí, luchando con nieve muy profunda. La vía les lleva hasta la pirámide somital a 6.500 metros.
Eran las 21.30, y organizan el vivac resguardados dentro de una grieta y debajo de un serac. Pasan la noche a pelo: «Era un pequeño lugar y el cielo estaba raso. Fue una decisión automática e inmediata. Sin tienda y sin saco, no nos quedó mas que abrazarnos para pasar el menor frío posible. Quizás este vivac haya sido lo más duro de toda la ascensión. Pero fue inevitable».
Tras la dura noche, los italianos tenían que enfrentarse a los últimos 400 metros de ascensión. Escalan zonas tiesas y difíciles, muchas de ellas con tiradas mixtas y sin casi protegerse. Hacia las 14.30 se encuentran en la arista cimera. La superan y llegan a la cima, a una gigantesca cornisa de nieve totalmente inconsistente: «A pesar de escalar zonas técnicamente duras, no hemos pasado demasiada tensión. Y eso que sabíamos de los peligros objetivos. La clave ha estado en la velocidad y la resistencia, tanto a la hora de subir como a la de bajar. El objetivo era estar el menor tiempo posible en la pared».
Barmasse y Moro firmaban así una nueva cima virgen: Beka Bakai Chhok. Una línea elegante, directa y difícil (ED+). Pero todavía quedaba el descenso. Para Moro, complicado y peligroso: «Bajamos por diferente lugar. Un itinerario más lógico, directo y rápido, pero también peligroso. Como en la ascensión, también descendimos lo más rápido posible. Llegamos a la tienda instalada en la base de la pared, no nos detuvimos y seguimos hasta el campamento base».