19 años es la edad que tiene, al parecer, la joven que sufrió una agresión sexual en la noche del viernes al sábado en el barrio donostiarra de Riberas de Loiola. Después de haber desplegado un amplio dispositivo a primeras horas del sábado en la zona, el Departamento de Interior confirmó ayer que está investigando el caso, sobre el que no se han ofrecido detalles. Tampoco existe constancia de que se haya producido alguna detención.

Vecinos aseguraron que en la zona en la que investigaba la Ertzaintza eran visibles las muestras de sangre, por lo que el ataque sexual a la joven habría producido además heridas con algún tipo de arma. Los ertzainas que realizaron el operativo se limitaron a indicar a los vecinos que en uno de los inmuebles se había producido «una desgracia», pero no hay más precisiones mientras se lleva a cabo la investigación y se instruye el sumario.

Esta nueva agresión confirma la persistencia de esta lacra, que no ha dejado de deparar casos muy graves en Euskal Herria durante las últimas semanas, sin distinguir entre edades, lugar de procedencia de autores y víctimas o lugares en que se produce el ataque.

En apenas tres semanas se ha producido la muerte de una mujer llamada Doccas David en Santurtzi, un brutal ataque en las afueras de Bilbo a otra joven que debió ser hospitalizada en estado grave e intervenida quirúrgicamente, y una violación en Tutera por la que se produjo una detención.

Además, en este mismo periodo se han registrado dos detenciones de sendos hombres acusados de ataques tanto a sus compañeras como a sus hijos e hijas. Uno de ellos, en Baiona, hirió tanto a su esposa como a su hija. Otro, en Tutera, fue arrestado bajo la acusación de tratar de hacer estallar la vivienda familiar, aunque no llevó a cabo su propósito.

A todo ello hay que sumar el ingreso en prisión por quebrantar la orden de alejamiento del ex compañero de la vecina de Lizarra María Puy Pérez, mujer a quien se busca de modo infructuoso por el entorno de Lizarraldea desde hace ya más de dos semanas.