El microcrédito se fija en el ámbito local para huir de la especulación
Organismos especializados en microcréditos creen que también acusarán la crisis financiera global y la subida de tipos de interés, pero opinan que permanecer cercanos al ámbito más local permitirá escapar de la crisis de la economía especulativa. «A largo plazo, los tipos de interés para los beneficiarios de los microcréditos van a aumentar también y rápidamente se volverán insostenibles», advierten.
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La paralización del crédito a causa de la crisis financiera mundial no sólo afecta a los grandes bancos a cuyo recate acuden los estados o a las empresas que no encuentran financiación. Organismos especializados en microcréditos acusan también la falta de confianza. «Uno de primeros efectos de la crisis sobre nosotros, es que el coste del dinero aumenta, los tipos de interés suben y tenemos muchas dificultades para encontrar los recursos de los que tenemos necesidad», explica Lulzim Sadrija, Director de Krediti Rural I Kosoves (KRK), institución de microfinanza al servicio de las poblaciones rurales de Kosovo, durante un encuentro de este tipo de organismos en París.
«A largo plazo, los tipos de interés para los beneficiarios de los microcréditos van a aumentar también, y rápidamente se va a volver insostenible», advirtió. «Tememos también que la crisis en los países desarrollados haga disminuir las cantidades enviadas por la diáspora kosovar que vive en Suiza o Alemania, reduciendo así las capacidades financieras de las familias rurales», añadió.
Sisaliao Svenguska, del Fondo cooperativo, subraya «las disminuciones de subvenciones de los proveedores de fondos y una fragilidad de los bancos que penalizan las microfinanzas».
Para las instituciones de microcrédito latinoamericanas, «la crisis tuvo un efecto inmediato debido a la amplitud de las crisis económicas que ya sufrimos, en particular, en Argentina en 2001», aumenta a Reynaldo Marconi, del Foro latinoamericano y caribeño de finanzas rurales. «Hay fugas de capitales y una reducción de los ahorros».
Para este boliviano, banquero de formación, «el riesgo a medio plazo, es la reducción de las carteras, un aumento de los tipos de interés y una subida de la morosidad».
Pero según Marconi, es necesario distinguir dos tipos de instituciones de microfinanzas: «Las que tienen una visión comercial y se financian sobre fondos especulativos como Compartamos, en México, van a resultar muy afectados por la crisis mundial», afirmó.
Desde la concesión en 2005 del Premio Nobel de la paz a Mohammed Yunus, el sector de los microcréditos, que puede ser muy rentable debido a tipos de interés más elevados, atrajo las codicias de capitales extranjeros, grandes bancos y grandes fondos de inversión. Al contrario, no se verán afectadas de forma importante las instituciones de microcrédito que obedecen a un objetivo social y trabajan con recursos locales.
Nivel rural
La Caja de crédito rural para el desarrollo localizada en Nord-Kivu (este de la República Democrática del Congo) que permite a 25.000 personas admi- nistrar pequeños proyectos en un contexto de guerra pertenece a esta segunda categoría. «Intentamos escapar de la crisis mundial permaneciendo a nivel más rural posible, en la economía real», explica su director Estanislao Litembo.
«Hoy somos testigos a través de la crisis de los efectos de una economía que no tenía otra finalidad que ella misma», señaló Geneviève Guénard, directora financiera del Comité contra el Hambre y para el desarrollo. «Sin duda hoy es necesario examinar las microfinanzas solidarias que persiguen objetivos empresariales, sociales y medioambientales, para sacar conclusiones para el conjunto de la economía», añadió.
Por el contrario, el economista argentino Alfonso Prat-Gray estima que «después de esta crisis el mundo volverá a un sistema de créditos con una relación más personal». Considera que hay gente que va a perder su empleo y el autoempleo será una posibilidad», pero admitió que una posible mayor demanda de microcréditos chocaría con una eventual alza de la mora, porque «los emprendedores van a tener que hacer frente a los pagos en un escenario en el que todavía es alta la inflación».
«Somos testigos de los efectos de una economía que no tenía otra finalidad que ella misma», asegura Geneviève Guénard, directora del Comité contra el Hambre
Organismos especializados declaran que, en la actualidad, «tenemos muchas dificultades para encontrar los recursos de los que tenemos necesidad».
El trigo, el maíz, la soja y también el cacao, el café, el azúcar o el algodón han visto sus precios caer con la actual crisis, en mercados abandonados por los fondos de inversiones que los habían empujado hasta máximos hace algunos meses. En el mercado de las materias primas de Chicago, los precios del trigo, maíz y soja indican caídas respectivas el 23%, el 28% y el 32% desde mediados de setiembre. En el mismo período, en Nueva York, el cacao perdió un 17%, el café 19% y el azúcar 9%.
El temor a una economía mundial débil, que podría limitar la demanda de materias primas, y progresión del dólar vuelven más costosos estos productos para los inversores que provienen de otras divisas. Como resultado, los fondos de inversión se retiraron del mercado, un movimiento que se intensificó con la crisis financiera, cuando se han encontrado con la falta de liquidez. Este año ha mejorado la oferta, según la FAO, mientras la crisis ha minado el consumo de los hogares y retrasa la actividad industrial. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación llamó recientemente la atención sobre el riesgo de que se reduzcan la superficie cultivada. El pasado año, el incremento de los precios de los cereales hundió en el hambre y la pobreza a 75 millones de personas, según denunció.