CRíTICA BAD
En la ardiente frialdad
Carlos GIL
Desentrañar un texto de H. Müller es algo más intrincado que resolver jeroglíficos en alguna lengua muerta. Se trata de una poesía escénica que provoca imágenes encadenadas que pueden llevar a cualquier destino inimaginable. Dejarse llevar por esa poética de la destrucción requiere de unas condiciones especiales para sobrevivir a los viajes lisérgicos. En esta ocasión, un texto de apenas dos folios, condensa mundos complejos, enunciaciones desbordantes, metáforas en espiral que igual aparecen centrífugas que inmediatamente se tornan centrípetas. No es tobogán, es un torbellino.
Con este material han trabajado la actriz y el director, y han creado una estructura de imágenes, de gestualidades, de prosodias que sostengan todos los aparentes desvaríos y que sirvan de faro interno durante todo el viaje simbólico. En este sentido, el trabajo está acertado, han logrado sus objetivos. Han optado por un tempo pausado, por enfriar las ardientes sugerencias, por no dejarse sobrepasar por la inercia y mantener siempre en el campo espacial, en las transiciones, en el movimiento y declamación interpretativa o en el espacio sonoro, una unidad estética en clave reconocible. En ese marco el texto se manifiesta nítidamente. Adquiere valores poéticos deslumbrantes y los apoyos escénicos no hacen sino subrayar la vía de indagación. Nos suspende este campo semántico tan fértil la parte en que la actriz explica en tono cotidiano lo que hace. Seguimos reflexionando en ello, mientras celebramos la experiencia .
Obra: «Paisaje con argonautas».
Autor: Heiner Müller.
Intérprete: Juana Lor.
Músico en directo: Iñigo Olazábal.
Dirección: Borja Ruiz.
Producción: Gaitzerdi Teatro.
Lugar y fecha: Merced Ikastetxea (Bilbo), 29-10-08.