El Ayuntamiento de Iruñea informó ayer de que el pasado lunes, 27 de octubre, la Policía Municipal de la capital navarra detuvo a dos personas por su implicación en una pelea ocurrida en el rellano de una escalera de un edificio de viviendas situado en el barrio de San Pedro. Lo llamativo de este hecho, que ha tardado casi una semana en hacerse público, es que uno de los detenidos es un escolta privado, al que le fueron incautados un arma de fuego y una porra extensible.

Según informó el consistorio iruindarra, los hechos se produjeron sobre las 18.20 horas del lunes, cuando una llamada informó a la Policía Municipal de una pelea entre dos personas, que se estaba produciendo en el rellano de la escalera de un edificio de viviendas de la calle Virgen del Río. Al lugar acudieron dos dotaciones policiales, y los agentes descubrieron que uno de los implicados en la pelea, que posteriormente se identificó como escolta privado fuera de servicio, había utilizado una porra extensible metálica y había causado al otro implicado lesiones graves en la cara, donde tuvieron que aplicarle veinte puntos de sutura.

Estas mismas fuentes señalaron que el escolta carece de autorización para utilizar este tipo de porras. Dado el alcance de las lesiones, se detuvo a esta persona, y lo mismo sucedió con su vecino, que fue arrestado posteriormente acusado de un «delito de allanamiento de morada y daños», posterior a la pelea, en el domicilio del escolta.

También una pistola

Precisamente, en la vivienda donde reside el escolta los policías se incautaron también de una pistola de calibre 9 milímetros parabellun, que no estaba guardada en «lugar adecuado», ya que se encontraba encima de una estantería.

Desde el Ayuntamiento explicaron en la nota remitida ayer a los medios que la Policía Municipal había intervenido en ese mismo portal con anterioridad, también en un caso relacionado con uno de los dos detenidos -no precisa quién de ellos-, por una discusión que había mantenido con su ex pareja. El consistorio, en cualquier caso, asegura que «no había indicios de la comisión de ningún tipo penal relacionado con los malos tratos en el ámbito familiar».

La detención de este escolta privado se produjo apenas mes y medio después de que otro escolta, en este caso mientras se encontraba de servicio, fuera arrestado en Bilbo tras tirotear a un vigilante privado en la estación de tren de Abando. Los hechos ocurrieron a mediodía, donde cada día pasan miles de personas, y el escolta quedó en libertad a las pocas horas.