La 40 edición del Certamen Coral de Tolosa va desarrollándose, desde su apertura el pasado miércoles, a través de un recorrido por las diferentes modalidades del concurso. La segunda sesión del viernes correspondió a la modalidad de Música Profana, en la que pudimos escuchar a seis agrupaciones de distintas procedencias pero que –salvando alguna excepción– tuvieron como denominador común una cierta mediocridad. No se puede decir que fueran malos grupos vocales, pero no sorprendieron, en pocas ocasiones redondearon sus interpretaciones, y el aire general fue monótono.
Comenzaron los checos Gentlemen Singers, que mostraron buenas voces y buenas intenciones de fraseo y de matización, pero con fallos en entradas y «malos remates», por así decirlo. Buscaron la originalidad en las dos últimas canciones, “Gorale”, de Jan Vicar, y “Ob-la-di, ob-la-da”, de Lennon y Mc Cartney, con efectos instrumentales, sin llegar a convencer.
A continuación, la agrupación rusa Magdalena Vocal Ensemble, formada por cuatro mujeres y cuatro hombres, se movió entre la delicadeza, los intentos de interpretación preciosista, y los patinazos, sobre todo el de la elección de la cantante solista para el famoso “Summertime”, de Gershwin, que cantó de manera muy insegura, con una mala emisión de voz, y que empañó la interpretación del conjunto.
Los noruegos Adur Vocal Group llevaron un programa serio, sin aderezos de bailes ni concesiones a efectos de tipo instrumental o de otro tipo. Se mostraron como una agrupación clásica, pero sin grandes virtudes. Fueron correctos en todo momento, aunque un tanto monótonos. Quizá el “Stjärntändingen”, de Oskar Lindberg, elegantemente fraseado, fue lo más destacado de su interpretación.
Ya en la segunda parte del concierto, el grupo Cantemus Vocal Group, de Hungría, mostró seguridad rítmica aunque falta de contrastes en “Le chant des oiseaux”, de Jannequin, e hicieron una versión algo floja de “An die Sterne”, de Schumann.
Sí estuvieron más acertados los estadounidenses del grupo Antioch, perfectamente coordinados, con estupendo empaste de voces. La riqueza de matices que son capaces de expresar fue patente en “Fyer, fyer!”, de Thomas Morley, y la canción final que ofrecieron, “Johnny has gone for a soldier”, de Belmont Ford, contó con una solista bien cuajada y un buen arrope del conjunto.
Finalizaron la sesión los cubanos de Exaudi, que también mostraron un buen empaste vocal. Algunos excesos de las sopranos empañaron el “Herbstlied”, de Mendelssohn, pero, por lo demás, fueron correctos.