Después de haber permanecido cinco días incomunicados en dependencias de la Policía española, ayer fueron trasladados a la Audiencia Nacional Aurken Sola, Xabier Rey -ambos fueron detenidos en Iruñea-, Sergio Boada -arrestado en Añorbe- y Araitz Amatria -detenida en Valencia-. La operación contra ellos estuvo dirigida por Grande Marlaska, pero como ayer se encontraba de fiesta, fueron conducidos ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Nº1, Santiago Pedraz.

Los cuatro jóvenes comparecieron ante el juez en compañía de su abogada de confianza. Salvo Sergio Boada, los otros tres afirmaron que todo lo que habían declarado en los calabozos había sido «bajo torturas», y se negaron a hacer más declaraciones ante el juez. Por su parte, Boada dijo que no había sufrido torturas, y negó cualquier relación con ETA.

Poco antes de que Pedraz hiciera público el auto de prisión para todos ellos, dos familiares de cada detenido tuvieron oportunidad de entrar a los calabozos de la Audiencia Nacional y verles durante cinco minutos a través de un cristal.

Los detenidos pudieron transmitir que habían recibido numerosos golpes durante los cinco días que han permanecido en manos de la Policía española, sobre todo Xabier Rey y Aurken Sola, mientras que Araitz Amatria sufrió de forma especial «torturas sicológicas». En concreto, Rey dijo que le habían dado golpes en los testículos y que habían utilizado a su compañera Araitz como presión sicológica, haciéndole ver que la iban a violar. También dijo que le habían hecho «muchas sesiones de bolsa» y le habían amenazado con ponerle electrodos.

Aurken Sola relató que cuando le llevaban a Madrid le amenazaron con «pegarle dos tiros», y una vez en la capital española le dieron muchos golpes en la cabeza y le amenazaron con «violarle con un palo», ponerle electrodos, hacerle la bolsa y detener a su novia. Ambos coincidieron en que durante estos cinco días en los calabozos les han obligado a permanecer en posturas forzadas.

Araitz Amatria dijo que había recibido «algunos golpes» pero también «muchas amenazas y presiones» y «posturas forzadas». Por último, Sergio Boada indicó que sólo había recibido «algún golpe» y que las preguntas policiales se referían sobre todo a su relación con Askatasuna y a la organización de fiestas en el barrio de Donibane.

Tras esta fugaz visita de sus familiares, los cuatro jóvenes fueron trasladados a la cárcel de Soto del Real, donde hoy podrán ser visitados por sus familiares.

No les imputan ninguna acción

Poco después de la una de la tarde, Santiago Pedraz ordenó el ingreso en prisión de todos ellos. En el auto, el juez señala que Aurken Sola y Xabier Rey formarían parte de un comando de ETA. No les imputa ninguna acción concreta, aunque sí el traslado de material desde un zulo hasta un trastero alquilado por Rey. Según la versión policial, en dicho trastero se incautó material apto para fabricar artefactos explosivos, dos revólveres y documentación relacionada con ETA, mientras que en el domicilio de Aurken Sola se encontraron varias memorias USB.

En lo que se refiere a Amatria y Boada, la acusación es de «colaboración» con ETA. Respecto a la primera, el auto judicial indica que «colaboraría con su compañero sentimental, Xabier Rey, dando cobertura a sus movimientos y facilitándole información sobre los controles policiales» en Iruñea.

También le imputa el haber facilitado a su compañero el acceso a una vivienda en Hendaia, donde la Policía española dice que «mantendrían contactos» con dirigentes de ETA.

Respecto a Sergio Boada, el auto judicial recoge que «se detectaron contactos en su domicilio con Rey y Amatria, quien le entregó una serie de efectos informáticos pendientes de analizar». En su escrito, el juez Santiago Pedraz explica que, mientras no se realice ese análisis, «es preciso mantener la medida de prisión provisional para garantizar que Sergio Boada esté en todo momento a disposición de la causa».