El sacrificio hace bueno el cambio
Díaz de Zerio premió en el tiempo añadido la entrega absoluta de una Real que cambió su estilo y supo sufrir en un partido con mucho juego directo en el que el balón estuvo más en el área de Bravo. Moha adelantó a su equipo y Moisés empató en una falta magistral.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
El sacrificio absoluto con el que se emplearon todos los jugadores de la Real se vio premiado en el tiempo añadido con un gol de Iñigo Díaz de Zerio que permite cortar la racha de siete partidos oficiales sin ganar. El resultado no reflejó en el marcador lo que se vio en un partido con mucho juego directo en el que el balón casi siempre estuvo en el aire y más cerca del área realista que del rival, pero sí hizo justicia a la entrega de unos blanquiazules que hicieron bueno el cambio radical en su forma de jugar.
Lillo casi estaba derrotado en la sala de prensa, porque ni el camino elegido ayer ni el segundo tiempo del encuentro contra el Castellón le gusta. Pero cuando no hay confianza no se puede apostar por jugar tanto el balón. Independientemente de que por dominio y ocasiones el Nastic mereció al menos empatar, cuando un equipo de las características de la Real sale con la motivación adecuada y está en crisis de resultados ése es el camino que debe elegir. Y las dos conclusiones que cabe sacar del encuentro de ayer es que en ataque dos pelotazos de Bravo y Dramé bien peleados por todos los realistas, a pesar de que el juego aéreo no es su fuerte, bastaron para marcar los dos goles.
Y en defensa el sacrificio de los diez jugadores de campo, daba gusto ver a un chaval de la calidad de Marcos que hasta ahora ha pecado de inmadurez correr y pelear durante noventa minutos, permitió que el Nastic sólo creara peligro en jugadas a balón parado. Y éstas fueron más provocadas por errores propios, al conceder faltas y corners por nerviosismo, o arbitrales, al sancionar algunas inexistentes como la del empate o una escandalosa en que Labaka fue desequilibrado y le pitaron una falta peligrosísima.
Bien tras el desajuste inicial
Juanma Lillo no sólo cambió de sistema, también de estilo de juego. La Real agradeció esa nueva forma de jugar que se basaba más en la intensidad y en el juego sin balón colectivo que en el toque y la posesión del esférico. Al equipo se le vio con otra chispa e intensidad desde el inicio en comparación con anteriores partidos, aunque en el primer cuarto de hora sufrió con los lógicos desajustes en un sistema nuevo.
Así, en esos primeros quince minutos los locales dispusieron de cinco opciones a balón parado y de dos disparos. A partir de ahí la Real cogió el sitio con la confianza que le dio el gol de Moha en la primera aproximación con serio peligro, que demostró que muchas veces el camino mejor para el gol no llega con el juego elaborado que se buscaba hasta ahora. Bastó un balón de Bravo bien ganado por Castillo y peleado por Díaz de Zerio para que Moha aprovechara el rechace para marcar sin oposición en un buen remate con su pierna mala, la derecha.
La Real jugó sus mejores minutos desde entonces sin sufrir en defensa y creando dos opciones buenas, una cortada con un fuera de juego inexistente. Ferrando se vio en la necesidad de cambiar en el segundo tiempo con la entrada de Jandro en el centro del campo, aunque el juego del Nastic se limitó casi siempre a pelotazos al área y sólo creaba peligro a balón parado. Así llegó el golazo de Moisés y, cuando se podía dar por bueno el empate, llegó un gol que ojalá sea, junto a lo que debe pasar en el club pronto, el punto de inflexión para un futuro mejor.
Juanma Lillo trasmitía tras el partido un sabor agridulce. Estaba «encantado de ganar», pero se vio «más cerca de perder». Cuando le dijeron que el juego no había sido bueno respondió que «hemos elegido un camino, parece que había una solicitud externa para ir en esa dirección. A ver si nos ponemos de acuerdo. Hemos hecho otra cosa y ha salido bien. Estupendo. Estoy encantado con la victoria. Si no somos capaces de mantener un estilo de juego porque no hay confianza, está este otro en el que hay muchos matices para reforzar esa idea, para que el balón esté más cerca del área contraria que de la propia».
Dentro de su valoración negativa del juego señalaba que «en este tipo de partidos en los que la pelota está más tiempo en el aire que en el piso, el triunfo puede caer hacia el lado donde más tiempo estaba en el área. En el segundo tiempo estaba más cerca de la nuestra que de la del rival, aunque las cosas que pasaban tampoco estaban producidas por el juego del Nastic. Lo normal es que acabara con el 0-1. Tras el empate, tal como iban las cosas, pensaba que acabaría con empate, pero salió Agirretxe para enganchar alguna porque en este reparto de lanzamientos de los dos equipos podía pasar cualquier cosa. Y otros días nos ha tocado vivir lo contrario y llegas con cara de tonto al vestuario haciendo todos los méritos y no viene mal que de vez en cuando pase al revés. La idea que asumimos hasta ahora es diferente, exige la confianza que no teníamos y es importante poner este resultado al servicio de conseguir la tranquilidad para estar más cerca de la victoria que de la derrota, para merecer más. Me gusta ganar y merecerlo. Si mantenemos este estilo y seguimos ganando no hay problema, pero hemos jugado con fuego. Elegir este estilo para un momento está bien, pero si jugamos así nosotros no tenemos a Moisés...».
Irónicamente dijo que «el Zaragoza pierde donde no puede ser que no ganes. Y el Girona tenía un montón de bajas... Y nosotros allí teníamos que ganar sí o sí. Esto no es fácil para nadie».
El propietario del local de la calle Txurruka ha pedido el desalojo de la Real por impago de las tres últimas mensualidades, cerca de 45.000 euros. Badiola presentó lo que denominó como lease back como una operación mucho mejor que vender el local y trasladar la tienda a Anoeta y se comprometió a pagar 15.000 euros mensuales imposibles de afrontar.
El primer juvenil suma 25 puntos de 27 tras derrotar ayer al Alavés (4-0). El primer cadete ganó al Eibar (1-0), el infantil al Sporting de Herrera (0-5) y el infantil txiki empató con el Eibar a uno.