Eusko Alkartasuna tomará este mismo mes su decisión sobre cómo acudir a las próximas elecciones autonómicas y cada vez parece más difícil que sus bases apoyen la formación de una coalición con el PNV, según han manifestado a este diario fuentes de la dirección de EA.

Hasta personas proclives a buscar acuerdos con los jeltzales, como el secretario general de EA, Joseba Azkarraga, han venido destacando en los últimos días que lo normal es que los partidos se presenten en solitario y que lo importante, a la hora de buscar una coalición, es para qué formarla.

Y ese es el punto en el que EA no ve que el PNV le presente un proyecto estratégico de futuro que justifique la coalición. El pasado lunes sendas delegaciones de ambos partidos -en las que todavía no estaban presentes Iñigo Urkullu ni Unai Ziarreta- mantuvieron un primer encuentro en Sabin Etxea. Según han manifestado a GARA fuentes de la Ejecutiva Nacional de EA, el único planteamiento que pusieron sobre la mesa los jeltzales fue la necesidad de concurrir juntos a los comicios para sumar más votos y garantizar que Ibarretxe sea el candidato de la lista más votada.

No hubo en la cita referencias a cuestiones estratégicas como pudieran ser la fórmula para dar continuidad a la reclamación de la consulta frustrada en esta legislatura o al Nuevo Estatuto paralizado en la anterior.

Ante las pretensiones del PNV, el presidente de EA, Unai Ziarreta, señala que, evidentemente, «una coalición se hace para ganar las elecciones» pero, a continuación se pregunta, «qué va a a suceder después de ganar esas elecciones y cómo se van a gestionar los siguientes cuatro años».

Desencanto con la consulta

Fuentes de la Ejecutiva de EA que hace unas semanas, tras conocerse que Juan José Ibarretxe sería el candidato del PNV, creían que en las bases de su partido se daría un corrimiento hacia posiciones favorables a ir en coalición con los jeltzales, aseguran ahora que ese movimiento que preveían no se ha dado, y que se mantiene mayoritariamente la decisión de concurrir en solitario, a pesar de ser conscientes de las dificultades que eso entraña.

En la Asamblea Nacional celebrada el 23 de octubre las voces que se escucharon en contra de la coalición fueron muchísimas más que las favorables a presentarse junto a los jeltzales. Quienes estuvieron presentes en la cita destacaron, además, que el debate discurrió con naturalidad, sin atisbo de los acaloramientos que se producían en ocasiones anteriores. Además, resulta palpable -y así lo han declarado- que el llamado «sector crítico guipuzcoano» no va a dar la batalla con esta cuestión.

En las bases de EA está pesando mucho el final que ha tenido la propuesta de consulta impulsada por el Gobierno de Lakua y aprobada por el Parlamento de Gasteiz, y que finamente fue impedida por la intervención del Gobierno español y el Tribunal Constitucional. Desde la formación de Ziarreta se achaca al PNV la tibieza con la que se ha respondido a la prohibición y se entiende que en el partido jeltzale ha triunfado el sector de Iñigo Urkullu y José Luis Bilbao que lo que buscan es un encaje amable de Euskadi en España.

Las declaraciones del presidente del EBB anunciando el acatamiento de la prohibición de la consulta antes incluso de que se produjese, están muy presentes en la militancia de EA.

Además, las relaciones entre PNV y EA no han sido fáciles en los últimos meses, tampoco en el seno del Gobierno de Lakua. La reforma de los perfiles lingüísticos, uno de los programas estrella del Departamento de Educación, está a punto de embarrancar por la falta de apoyo de los jeltzales a sus planes. El PNV considera demasiado «radical» el proyecto y da por buenas algunas de las argumentaciones que en su contra em- plean grupos como el PSE.

Desde EA también se han criticado los últimos acuerdos presupuestarios entre el PNV y el PSOE. Por una parte, por la fórmula de cambiar apoyos al presupuesto por el cumplimiento de una ley orgánica como es el Estatuto. Y, por otra, por ignorar durante las negociaciones sobre el I+D+i al departamento de Tontxu Campos, que es el que gestiona buena parte del presupuesto en esa materia en la CAV.

«Con naturalidad»

Tanto la Ejecutiva Nacional como la Asamblea de EA son conscientes de que concurrir en solitario a estas elecciones tiene también sus serios problemas. A la polarización que en las actuales condiciones va a producirse entre el PNV y el PSE -al existir serias opciones de que Patxi López gane las elecciones- se suma el hecho de que Juan José Ibarretxe ha sido el candidato de EA en las dos últimas citas autonómicas y una buena parte del electorado abertzale lo ve como un líder más allá de las siglas con las que se presente.

Sin embargo, no son pocos los que frente a esto observan que el aura de Ibarretxe ha ido declinando al tiempo que el PNV ha ido acotando sus iniciativas e imponiendo la visión y las decisiones del EBB a las que se habían tomado en Lehendakaritza. Y como ejemplo de ello se pone la rebaja sufrida por la idea inicial de denunciar al Estado español ante el Tribunal de Estrasburgo, lanzada oficialmente por el lehendakari y corregida después por el PNV.

La decisión de acudir en solitario o en coalición se tomará en EA este mes de noviembre y según fuentes de la dirección se hará «con naturalidad» y atendiendo al sentir mayoritario de las bases. Para aprobar la coalición es preciso el apoyo del 66% de la Asamblea Nacional.