Nestor Basterretxea dona la «Serie Cosmogónica Vasca» al BBAA
El escultor vasco ha decidido regalar al museo bilbaino uno de los conjuntos más reconocidos de la escultura vasca de la segunda mitad del siglo XX. La colección la completan 18 esculturas, 17 de madera y una de bronce, realizadas entre 1972 y 1975. Asimismo, en una de las salas de exposiciones se proyectarán dos películas realizadas por Nestor Basterretxea y Fernando Larruquert: «Pelotari» (1964) y «Ama Lur» (1968), además de un documental sobre el artista.
Ianire RENOBALES | BILBO
El Museo de Bellas Artes de Bilbo ha sido el lugar elegido por el artista Nestor Basterretxea para legar su colección de obras de la «Serie Cosmogónica Vasca».
El pasado 18 de julio se firmaba en Hondarribia un acuerdo entre el escultor y los representantes del museo para la donación de la colección.
Este conjunto se expuso por primera vez en el museo en 1973. Ahora, vuelve para quedarse definitivamente.
En total, 18 esculturas componen la obra. 17 están hechas con madera de roble y una con bronce. Entre ellas se pueden encontrar «Akelarre», «Gaueko», «Illargi Amandre», «Amalau Zanko», «Bost Haizeak», «Ostadar», «Triku Harri» o «Mari».
Todas ellas fueron creadas entre 1972 y 1975 por Basterretxea. Las piezas, de refinada ejecución, han sido elaboradas con un lenguaje contemporáneo y están basadas en personajes mitológicos, fuerzas de la naturaleza y objetos tradicionales de la cultura vasca.
Este hermoso conjunto escultórico surgió a partir del trabajo de investigación desarrollado por Jose Miguel Barandiaran en el «Diccionario de la Mitología Vasca». El autor decidió dar volumen a aquellos pensamientos plasmados en un libro.
Máscaras y bocetos
En la actual exposición las dieciocho piezas se completan con cinco obras de la serie «Máscaras de la Madrina Luna» y varios dibujos preparatorios.
Estas cinco piezas fueron creadas en 1977, dos años después de la última escultura de la serie y cinco de la «Illargi Amandre» (Madrina Luna) de 1972. Basterretxea utilizó dibujos como base y de ellos pasó a usar una masa compacta de madera. Trabajó solamente uno de los lados hasta obtener un retrato femenino. Las cinco piezas son variantes de la misma idea, plasmada en composiciones abstractas y esquematizadas, que recuerdan ciertas máscaras rituales.
En definitiva, se trata de enfatizar la idea de la versión. Cada pieza es una versión diferente del mismo motivo.
En estas esculturas predomina la plasticidad hacia lo geométrico. Se busca representar un rostro: la nariz en el centro y partiendo de ahí, una composición abstracta.
Basterretxea presenta la máscara como «una fusión de rostros, una protección religiosa contra la muerte o un objeto que garantiza la inmortalidad en el ritual».
Por otra parte, también se incluyen en la exposición varios bocetos y dibujos de la serie Cosmogónica. Estos dibujos surgen mientras el artista iba leyendo el «Diccionario de Mitología Vasca» de Barandiaran (1984). Basterretxea iba dibujando una detrás de otra las deidades que más le inspiraban.
Estos dibujos tienen como base la búsqueda de profundidades. Los planos se van logrando mediante la utilización de diferentes materiales, alternando el collage con el dibujo.
Una vida dedicada al arte
Nestor Basterretxea nació el 6 de mayo de 1924 en Bermeo. Cuando estalló la Guerra del 36, tuvo que exiliarse con su familia a Donibane Lohitzune. De Ipar Euskal Herria viajó a Buenos Aires. En total, fueron diecisiete años de exilio.
Regresó a Euskal Herria en 1952. Rápidamente, participó en las propuestas de vanguardia de la época y ganó el concurso para pintar los murales de la cripta de la basílica de Arantzazu. Tres años después, la Iglesia decretó la orden de suspensión de las obras. Finalmente volvió a pintar la cripta en 1984 realizando siete murales más.
En 1957 inició una nueva etapa trabajando en su fábrica de muebles y formando parte de «Equipo 57». Unas de sus características más singulares fueron el uso del espacio y el color. El grupo se disolvió cuatro años después de su creación.
Basterretxea colaboró en un segundo grupo en 1966, llamado «Gaur», una iniciativa creada de la mano de arquitectos y escultores de gran renombre de Euskal Herria.
En ese mismo año se crearon los grupos de la escuela vasca: «Gaur» en Gipuzkoa, «Emen» en Bizkaia, «Orain» en Araba y «Denok» en Nafarroa (éste último no llegó a formarse). Mostraban unas intenciones muy claras.
En aquella época, dio sus primeros pasos en el ámbito cinematográfico. Trabajo en dos proyectos junto a Fernando Larruquert: «Pelotari»(1964) y «Alquezar» (1965). Más tarde presentaron el filme «Ama Lur» (1968) con el que ganaron el Premio Ateneo Guipuzcoano en el Festival Internacional de Cine de Donostia y que recuperó en 2007 GARA en dvd.
En la década de los 70 el artista se trasladó a Hondarribia, donde aún reside. Allí, instaló un taller en su caserío Idurmendieta y comenzó a trabajar en la «Serie Cosmogónica Vasca».
Cronológicamente, Basterretxea forma junto a Oteiza y Chillida una generación relevante de artistas vascos y es considerado uno de los principales renovadores de la cultura vasca.
Cabe destacar que su momento de mayor esplendor se dio en la década de los 80. Fue durante estos años cuando le solicitaron un importante número de esculturas monumentales.
En 1983 se le encargó una obra para el Salón de Sesiones del Parlamento de Gasteiz, en 1987 la «Paloma de la Paz» (posteriormente trasladada al barrio de Amara de la capital guipuzcoana) o, por ejemplo, en 1993 la estela funeraria situada ante la ermita de Tabira de Durango.
¿Dónde deben estar las esculturas, en un museo o en la calle?
Tengo 85 obras en la calle, aquí en Euskal Herria, en las Islas Canarias, Cataluña, Andalucia, Chile o Argentina. Lo prefiero así porque es más educativo. Una escultura en un jardín público hace que los niños empiecen a aceptarla como algo que pertenece al pueblo y me parece que es importante.
Ya expuso anteriormente «Serie Cosmogónica Vasca» en el BBAA. ¿Por qué ha decidido donarla ahora?
Porque ya estoy viejo (rie). Además, la herencia es una cosa muy complicada, 18 esculturas para 5 hijos y una mujer. Decidí donarlo después de tener una reunión con ellos, les pareció bien que cediera mi obra al Museo de Bellas Artes de Bilbao y así lo he hecho.
¿Cómo se convierten las palabras de Barandiarán en escultura?
La obra mía ha sido convertir la palabra en volumen; hay que interpretar, leer la descripción de cada personaje y darle cuerpo.
¿Alguna pieza favorita?
No, son como mis hijos, las quiero a todas por igual y no podría elegir una. Además, hay piezas masculinas y femeninas.
De las 18 esculturas 17 están realizadas con madera y una con bronce.
Sí. Tuvimos que crearla de bronce por la forma que adopta. Si se hacia de madera, se partía al doblarla tanto para conseguir la hechura ovalada que tiene. Al final, logramos hacer esta pieza, pero con una madera tan fea que decidí utilizar el bronce.
¿Podría definir «Serie Cosmogónica Vasca» en una palabra?
Recuperación. Recuperamos la memoria de lo que vivimos.
Haciendo un repaso a toda una carrera artística, ¿Qué le ha aportado haber trabajado junto a Oteiza? ¿Cómo lo recuerda?
Oteiza y yo llegamos a ser como hermanos. Él nunca estableció una relación de maestro y alumno. Era un hombre sabio. Con él, más que aprender detalles o caminos, se adquiría una seriedad en la importancia de la cultura y el arte. Yo le lloro mucho y es un personaje irrepetible, sencillamente.
Nestor Basterretxea, uno de los artistas vascos más importantes de la post-guerra civil, ha trabajado en diversos campos además del de la escultura. Entre ellos, la pintura, el diseño de muebles, el cine o la literatura.
Lugar: Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Fecha: Del 3 de noviembre al 1 de febrero de 2009.
Organiza: Museo de Bellas Artes de Bilbao y Fundación BBK.