El Observatorio Ikuspegi de inmigración presentó ayer la segunda parte de su barómetro relacionado con la inmigración, para el cual se realizaron 2.400 encuestas. En este trabajo se destaca que al 48,3% de los ciudadanos de la CAV le «preocupa especialmente» que la llegada de inmigrantes pueda afectar «negativamente» a su seguridad personal o familiar.

Asimismo, el informe constata que entre 3 y 4 de cada diez opinan que afectará al estado de bienestar: que será más difícil acceder a una ayuda social, esperarán más en hospitales, costará más encontrar vivienda o cobrarán menos sueldo.

Estos y otros datos fueron presentados ayer por el director de Ikuspegi, Xabier Aierdi, y el director de Investigación del Observatorio, José Antonio Oleaga, quienes apuntaron que el hecho de que casi la mitad de la población de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba considere que la inmigración aumenta la inseguridad es un «estereotipo», dado que la «tasa de delitos en Euskadi es constante desde hace diez años».

Por otro lado, los investigadores subrayaron que «en general», los ciudadanos de la CAV tienen «un buen concepto» de los inmigrantes, «excepto cuando nos referimos al machismo». En este sentido, concretaron que un 56% opina que «los inmigrantes son más machistas».

Salvo religión y educación

Oleaga indicó que los habitantes de la CAV «ven bien» que los extranjeros abran sus propios comercios, regenten sus establecimientos de alimentación, hablen entre sí en su idioma o vistan como en su país de origen. Sin embrago, señaló que, cuando se les pregunta sobre actividades relacionadas con cuestiones «más duras», a la mayoría «no les gusta» que construyan templos religiosos o escuelas propias y que ocupen espacios públicos.

A la vista de estos datos, el director de Inmigración de Lakua, Roberto Marro, abogó por realizar políticas públicas para lograr «una sociedad intercultural y cohesionada».