Estima que «los impagos se empezarán a producir antes de final de Liga de no tomarse nuevas medidas»
En el informe no se ve futuro sin un cambio de dirección
Los administradores rechazan el presupuesto que les ha presentado Badiola y critican su modelo de gestión.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
El informe presentado por los administradores concursales al juez el pasado viernes y al que ha tenido acceso GARA es durísimo con el Consejo de Administración y deja claro que no ve futuro con él. Así, estima tras analizar detalladamente toda la información recogida en los cuatro meses que llevan en el club que «los impagos se empezarán a producir antes del final de la presente temporada de no tomarse nuevas medidas».
El informe es muy extenso y en próximos días incidiremos en los detalles, pero lo más importante es esta conclusión basada en «la falta de tesorería necesaria y las limitaciones del actual Consejo de Administración para poder generarla, lo que a su vez provocará la incapacidad de la concursada para continuar su actividad provocando la pérdida de los principales recursos económicos con los que cuenta y de sus únicos activos con capacidad para generar liquidez y recursos, los jugadores y sus fichas federativas, los que sin duda cuando vean en junio del 2009 sus fichas impagadas podrán resolver sus contratos y acudir a otros clubs, no pudiendo entonces adoptar la solución planteada como temporal en 2008, para el mantenimiento de los contratos de los jugadores y de los recursos económicos, la declaración de concurso».
Gastos e ingresos
Para evitarlo, los administradores concursales concluyen que «la generación de tesorería adicional sólo es posible mediante la drástica reducción de gastos o el incremento de ingresos, o ambos. La reducción del gasto pasaría por reducir el gasto del primer equipo en jugadores que genera el, como mínimo, 50% del gasto, lo cual a estas alturas resulta prácticamente imposible pese a los reiterados anuncios del presidente del Consejo en este sentido, sin que en realidad se hallen materializados».
«El aumento de ingresos necesarios para mantener el club en funcionamiento sólo pueden ser obtenidos en las mismas fuentes en las que se está produciendo la actual tesorería».
Se destaca la imposibilidad de que las instituciones públicas y Kutxa ayuden al club sin cambio de dirección actual porque con las primeras «son públicas y notorias las desaveniencias, desencuentros y enfrentamiento del actual Consejo con las mismas (...). Kutxa declaró vencidos sus créditos y préstamos con la concursada cuatro meses antes de la declaración del concurso y en ningún momento se planteó la renovación de las mismas con el actual Consejo».
Además desconfía del logro de ingresos de marketing que el equipo de Badiola «ha dejado en manos de los denominados becarios y voluntarios, lo cual supone un claro riesgo por la concursada de mayor deterioro de esta fuente de ingresos al no tener éstos una garantía de vinculación y continuidad».
Rechaza por inviables los ingresos que el Consejo propone desde China, que considera «poco verosímil dada la falta de acreditación, el alejamiento de la realidad de dichas propuestas como la apertura de tiendas, cuando la realidad ha demostrado que se ha de cerrar la única que existe fuera del estadio».
El dato más relevante es «la falta de ingresos y de la capacidad de generarlos por el actual Consejo en cuantía suficiente que garantice la continuidad de la actividad de la sociedad y evite la actual certidumbre de la imposibilidad de llegar en funcionamiento a la Junta de Acreedores prevista en la Ley Concursal».
Los números
Los administradores concursales rechazan la consideración como deuda de los cinco millones del caso Peiremans que esgrimió Badiola para presentar como gastos de la pasada campaña un total de 25 como pérdidas de otros ejercicios, por los que se presenta un déficit de la 2007-08 de 35.473.083 euros.
Las pérdidas netas del pasado ejercicio fueron de 10,5 millones, de las que los administradores concursales imputan 3,4 al primer semestre y 7,1 al segundo. Critican al Consejo actual por una desviación de seis millones, -de los 24 presupuestados los gastos ascendieron hasta los 30-, al señalar que «debió acometer las medidas necesarias para compensar las desviaciones presupuestarias que se iban produciendo en lugar de obsesionarse con retornar a todas costa a Primera».
También critican en la misma línea el presupuesto que les presenta Badiola de 17 millones, no tanto en los ingresos, aunque son muy optimistas -espera recaudar 746.930 euros más por abonados y se desconfía de una partida de 1,5 millones por nuevas líneas de marketing y merchandising- como por los gastos. Así presupuesta 7,7 millones de gastos de personal cuando se prevé un gasto de 9,5 millones sólo en la primera plantilla. Se ve el presupuesto «irrealizable o difícilmente alcanzable».
En el segundo escrito entregado al juez por los administradores concursales «solicitan el cambio de la actual situación de intervención a la suspensión de las facultades patrimoniales del deudor con el resto de efectos previstos». Añade que la solicitud se basa en el contenido del informe al que aludimos en la información principal y que «todos los riesgos y ventajas que se pretenden obtener con el cambio de situación se resumen en intentar recuperar en el más corto plazo de tiempo posible toda la confianza, hoy perdida, en todos los sectores implicados en la generación de recursos que permitan la continuación de la empresa e impidan la liquidación de la misma, permitiendo la llegada de nuevos gestores, distintos de los administradores concursales, quienes sólo pueden certificar que la actual situación de prolongarse en el tiempo hará cada vez más irrealizable este objetivo. Esta pérdida de confianza, que esta administración concursal piensa que no puede ser ya recuperada por el actual Consejo de Administración, se basa en los siguientes argumentos referidos a cada uno de los principales sectores implicados».
A partir de ahí argumenta la pérdida de confianza de la afición -«creación y frustración de expectativas, nunca cumplidas, acerca de ingresos extraordinarios no confirmados, que hubieran permitido el fichaje de grandes figuras de fútbol»-, de los accionistas -«han manifestado su total falta de confianza al Consejo en la Junta (...) al desechar todas las propuestas»-, entidades financieras, instituciones públicas, patrocinadores y publicidad, plantilla no deportiva y jugadores -«clarificación de la situación y recuperación de la confianza que permita renovación de contratos».
El Consejo ha presentado uno de 17 millones con un superávit de 200.000 que los administradores concursales consideran «difícilmente alcanzable o irrealizable, por lo que se deberían adoptar medidas de choque».
El Consejo presenta unas pérdidas de 35,5 millones de euros en el pasado ejercicio, de los que 25 son los imputados como «gastos de ejercicios anteriores» y 10,5 tras aumentar Badiola los gastos.
Los administradores reconocen 34,1 millones de deuda frente a los 37,1 que se presentan en la solicitud del concurso: 11,1 es con Kutxa, 8,1 con la Diputación, 3,7 de remuneraciones pendientes de pago -jugadores-, 2,234 de Lighthouse, 5,1 de otros y 3,1 de créditos contra la masa.
Los administradores señalan que en el presupuesto aparecen 850.000 euros como indemnizaciones por el expediente de regulación de em- pleo cuando «no se ha tenido constancia de su presentación». Aunque no lo reflejen, rechazan asumir ese coste y por eso no aprobaron el ERE.