GARA > Idatzia > > Mundua

«Otro mundo no sólo es posible sino extremadamente necesario»

p024_f01148x140.jpg

Vincenzo Miliucci
Dirigente de la Confederación Cobas

Miembro de la Ejecutiva Nacional y responsable del área internacional de la Confederación COBAS, sindicato de base italiano, Vincenzo Miliucci pasó por Euskal Herria en plena campaña de protestas contra las políticas del Gobierno Berlusconi, que hoy se enfrenta a otra huelga en las universidades.

Mirari ISASI |

Desde hace semanas se suceden las protestas contra el Gobierno Berlusconi. ¿Con qué objetivo?

El 17 de octubre hubo la primera gran huelga organizada por los sindicatos de base, extraestatales, y fue un éxito. Según los grandes periódicos italianos de la burguesía, participaron cinco millones de trabajadores. En el sector de la enseñanza se llegó al 70% de participación; más del 50% en el sector público y del transporte público, y del 30% en el sector privado. La manifestación de Roma, pese a la lluvia, reunió a medio millón de personas y fue muy plural: el 40% representaba al mundo de la escuela. En Italia existe práctica- mente sólo la escuela pública, la privada es un sector marginal y super-elitista. El movimiento en defensa de la escuela pública está en ebullición. Diariamente hay decenas de movilizaciones contra la Ley Gelmini, cuyo objetivo es la privatización del sistema público. El lema del movimiento estudiantil es «nosotros no pagaremos vuestra crisis».

Pero van más allá de la reforma educativa, ya aprobada.

La plataforma con la que se convocó la huelga del 17 plantea un aumento salarial en un marco europeo; detener la subida de precios y el coste de la vida, y reintroducir la escala móvil, una conquista de las luchas obreras que garantizaba un incremento automático de la nómina según aumentara el coste de la vida, que el Gobierno suprimió en 1992; poner el freno a los accidentes laborales, y la lucha contra la precariedad laboral, social y de vida. Dos leyes, apoyadas por el centroizquierda, han extendido la precariedad laboral y 6 de los 18 millones de empleos son precarios. Es una generación sin futuro. En Italia se ha legalizado la ilegalidad. Planteamos también que sean garantizados como bienes públicos la electricidad, el agua y el transporte, y la defensa de los derechos, sindicales, civiles y democráticos. La tarde del 17 el Gobierno votó una propuesta de ley para abolir el derecho de huelga. Ésa ha sido la respuesta del Gobierno de la derecha.

¿Cómo se explica el descalabro electoral de la izquierda?

La tarjera con la que Prodi se presentó ante los sectores populares y de izquierda resultó ser un bluff. La experiencia de su Gobierno se acabó por las miserias internas de la coalición, las contradicciones políticas y el choque de intereses en su seno. En las últimas elecciones la izquierda popular y radical llamó a la abstención y, según las encuestas de los gran- des periódicos, el 30% de la clase trabajadora, del voto obrero, se abstuvo.

Las políticas de ofensiva del capitalismo en Italia, el papel que jugó el partido comunista en los 80 hasta su disolución, que acompañó a la derrota del gran movimiento obrero y sindical italiano y supuso el encarcelamiento de 20.000 militantes, y la deriva aventurista de los sectores más combativos de la lucha armada han sido el caldo de cultivo de una fase de transición histórica que nos lleva a una reafirmación de la derecha que empieza en el norte de Italia con el fenómeno de la Liga Norte, que ha sabido aprovechar el egoísmo social, las contradicciones de la clase obrera del norte. La Liga Norte tiene una capacidad de chantaje permanente sobre los actores de la política de Gobierno italiano.

¿Se advierten signos de recuperación de la izquierda ante este panorama de crisis tanto económica como política?

Después del tsunami político que ha vivido y ha hundido a la izquierda institucional no hay ningún tipo de capacidad de reacción por parte del centroizquierda. No hay ni la humildad ni la inteligencia política ni la flexibilidad para entender lo que de nuevo y de extraordinario se está viviendo dentro de la sociedad italiana. Como gran paradigma, frente a la crisis lo que sí vuelve, y está en auge, es la democracia directa.

¿Qué lectura hace alguien de izquierda en torno a los discursos de los gobiernos ultraliberales sobre la «nacionaliza- ción» de los bancos, pero sin asumir responsabilidades?

Es patético. Es la mentalidad del capitalismo, del viejo, del actual y casi seguro del futuro. Siempre utilizan un paracaídas, que es la socialización de las pérdidas. Estamos ante una crisis ideada, gestionada y maniobrada por los mismos. Y siempre encuentran una solución que garantice sus propios intereses. En este momento están con el agua al cuello y recurren a las nacionalizaciones. En esta fase donde no existe una oposición política de la izquierda tradicional y por el tipo de ataques que se están dando nos toca hacer de oposición democrática, antifascista y revolucionaria.

¿Dónde está la izquierda en este mundo en crisis?

Hay una izquierda en América Latina que está rompiendo la dictadura que EEUU ha construido allí y es una experiencia que no sólo habla de luchas en aquel continente sino que mira a una hipótesis nueva de socialismo y nos habla también a nosotros aquí, en el corazón de Europa. Existe una izquierda en las luchas de liberación que siguen en el mundo y cuyos protagonistas son los últimos del planeta, los oprimidos de siempre, los palestinos y los kurdos, en primer lugar, y otros muchos pueblos de los distintos sures del mundo. Y existe también una izquierda en Europa que es vieja y nueva al mismo tiempo, independentista, antagonista y revolucionaria. Hay una rebelión social consciente porque el capita- lismo no puede satisfacer las necesidades y perspectivas de la gente y la izquierda en Europa tiene que situarse y hacerse cargo del presente. Existe una izquierda en Europa, donde hay luchas y capacidad de imaginar un futuro, y es verdadera si tiene la capacidad de saber reconocer al otro y de saber reconocerse como parte de una lucha mucho más global. En este contexto, los migrantes, última herencia del colonialismo y del imperialismo europeo, son un activo extremadamente importante para cualquier lucha de liberación y de desarrollo del socialismo. En los últimos diez años, como movimiento antiglobalización hemos dicho que otro mundo es posible, y ahora ha llegado el momento en que no sólo es posible sino extremadamente necesario.

 

tsunami

«Después del tsunami político que ha vivido y ha hundido a la izquierda institucional no hay ningún tipo de capacidad de reacción por parte del centroizquierda»

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo