Alrededor de 18 millones de rumanos están convocados a las urnas el domingo para celebrar elecciones legislativas marcadas por el duelo entre el Partido Socialdemócrata (PSD) y la derecha (PDL), en el que los liberales (PNL) del primer ministro Calin Tariceanu pueden jugar el papel de árbitro. El vencedor tendrá que hacer frente a la crisis económica que también ha afectado a Rumanía, donde la bajada de la demanda ha provocado paros en la producción de la fábrica automovilística Dacia (del grupo francés Renault) y de Arcelor Mittal. Los analistas temen un fuerte incremento del paro en Rumanía.