La elección a rector en la UPV obliga a los candidatos a presentar programas sobre aspiraciones y proyectos que deben ser difundidos y discutidos por la comunidad universitaria. Asimismo, estos programas suelen recoger un cierto número de problemas no resueltos anteriormente pero que los aspirantes consideran oportuno abordar dándoles soluciones concretas. Reconocemos que la mayoría de nosotros no hemos leído todavía el contenido de las propuestas de solución que ofrecen las candidaturas. Sin embargo, podemos apostar porque entre ellas no se encuentra el tema de los profesores despedidos que durante cerca de 17 años vienen permaneciendo con una ya célebre pancarta a las puertas del recinto universitario. Y para muchos ciudadanos vascos «y no vascos» esa continua presencia resulta dolorosa, amén de reflejar una tremenda injusticia. A estas alturas esta cuestión todavía irresuelta debería estar sobradamente zanjada en beneficio no sólo de ese pequeño grupo de profesores, sino de la propia Universidad.

Pensamos que los mandatarios de la UPV no son aún conscientes de la aportación que los despedidos han realizado a favor de la autonomía universitaria. Porque su sacrificada lucha por conseguir un profesorado propio ha dado sus frutos, ya que la UPV puede disponer en un cercano futuro de un amplio colectivo de profesores contratados laborales de carácter permanente. Y en ese logro competencial consideramos que la aportación de esas personas ha sido muy importante. La Universidad debería, pues, reconocerles su contribución en vez de castigarles con el mantenimiento de su expulsión Por todo lo anterior, solicitamos a Marisol Esteban, Iñaki Goirizelaia y a la plataforma abertzale Euskal Herrirako Unibertsitatea, gure helmuga que introduzcan este problema en su agenda de preocupaciones y contribuyan, sea cual sea el resultado electoral, a su resolución mediante el procedimiento universitario del diálogo y el acuerdo entre las partes. Os lo agradeceríamos, os lo agradecerán.