Mikel Olaetxea será el pelotari que se enfrente a Aratz Mendizabal en la final del Campeonato del Cuatro y Medio de Segunda. El delantero de Lizartza se impuso a Mikel Belloso por 22-11 y jugará, de esta manera, su primera final en profesionales.

El partido disputado en Legazpi tuvo dos partes bien diferenciadas. Belloso entró mucho mejor en el partido y se adelantó en el marcador ante un Olaetxea que no mostraba su habitual descaro en la cancha (10-5).

Pero a partir de ese momento el pelotari de Lizartza comenzó a sacar su verdadero juego, a mover la pelota mucho mejor, y la diferencia en el juego tuvo su reflejo en el marcador.

Mención especial merece el saque. Y es que Olaetxea logró 7 de sus 22 tantos con la jugada inicial, lo que dejó el partido visto para sentencia -5 llegaron a partir del 14-11-. A ello se debe el agujero final que muestra el marcador y que podría invitar a pensar en más facilidades de las que realmente tuvo el ganador de la decisiva contienda.

Nieve en Duruelo

En el otro partido, Aratz Mendizabal no tuvo mayores problemas para superar a Luis Cabrerizo (22-11) en un choque sin nada más que el honor en juego y disputado en el desangelado frontón de Duruelo de la Sierra (Soria). A pesar de saberse en la final, el delantero de Zaldibia cuajó un partido serio que fue suficiente para ganar a un Cabrerizo que tuvo una pobre actuación ante sus paisanos. El resultado final pudo ser mucho más abultado. El soriano ha sido la gran decepción de la liguilla, mientras que Mendizabal, campeón en 2006, saldrá como favorito en la gran final.

«Yo cuando vengo al frontón siempre intento dar lo mejor. En la segunda parte me he relajado un poco, he bajado el nivel, y me ha hecho once tantos. Jugaré la final contra Olaetxea y estoy seguro de que será un partido difícil», manifestó Mendizabal al final del partido.

El festival, de todos modos, estuvo marcado por el temporal de nieve que azotó la pequeña localidad soriana y sus alrededores. Mikel Olazabal se encontró la carretera cortada y no pudo llegar a tiempo a un frontón situado a más de 1.400 metros de altitud, por lo que se tuvo que improvisar un partido entre un trío y una pareja: los jóvenes Mendizabal, Cabrerizo y Beroiz contra los veteranos Titín III y Goñi III.