La izquierda abertzale de Bizkaia compareció ayer ante los medios para señalar que «es el momento de sumar fuerzas y presionar para que se haga realidad la voluntad de la población» de Muskiz y negar las licencias de actividad a la planta de coque que Petronor pretende abrir en esta localidad. La semana pasada la Coordinadora Anti-Coke solicitó al Ayuntamiento que el proyecto fuera consultado entre los vecinos, pero los votos en contra de PSE -que gobierna en este municipio junto a EA- y la abstención de PNV imposibilitaron que la propuesta fuera aprobada.

A pesar de ello, desde la izquierda abertzale reiteraron la necesidad de seguir «presionando» al Ayuntamiento, ya que, tras el posicionamiento a favor de Petronor del Departamento de Medio Ambiente de Lakua -en manos de EA-, es la institución municipal la responsable de permitir, o no, la nueva actividad de la petroquímica.

La izquierda abertzale indicó en este sentido que el consistorio «deberá pronunciarse respecto a las licencias municipales, empezando por la de Actividad, que ya está en dependencias municipales».

Licencias municipales

En su opinión, «es una oportunidad, y exige responsabilidad y coherencia por parte de nuestros gobernantes locales y de todos los vecinos y las vecinas de Muskiz». Cabe recordar que el alcalde en funciones, Fernando Martín (PSE) pretendía iniciar la tramitación para otorgar esa licencia, pero EA, su socio de gobierno en Muskiz, solicitó disponer de informes de Costas y otras instancias, por lo que el asunto quedó hace ahora una semana encima de la mesa.

La izquierda abertzale ya se ha posicionado en contra, tal y como recordó ayer, y reiteró su trayectoria contra «los grandes proyectos que se realizan en despachos políticos junto a las grandes empresas, como es el caso del proyecto URF o planta de coke, porque sólo beneficia a Petronor y no contempla las necesidades e intereses de la población, ni respeta el entorno ambiental tan rico que posee Muskiz». Este grupo señaló la existencia de diversos macro-proyectos que amenazan hoy en día Euskal Herria, y enumeró el Tren de Alta Velocidad, Super-Sur, el puerto de Pasaia, el plan de urbanismo de Bakio, así como el de instalar una planta de coque en Muskiz. Así, denunció que «las instituciones públicas se pliegan a los intereses de ciertas empresas por encima de la salud y el bienestar de los vecinos». En ese sentido criticó que PSE y PNV imposibilitaran la participación vecinal mediante la consulta, y apuntó a ambas formaciones par señalar «la larga y beneficiosa relación que ambos han tenido con Petronor».

Las críticas dirigidas al partido que dirige Iñigo Urkullu fueron más allá, ya que opinaron que «tira los balones fuera y esconde su gran responsabilidad a la hora de conceder los permisos y licencias de obra ya otorgados», concretamente, bajo la dirección del ex alcalde Gualber Atxurra (PNV).