Las relaciones entre Rusia y Cuba atraviesan por uno de sus mejores momentos desde la caída de la Unión Soviética, aliado clave de la isla caribeña, en 1991. Dentro de ese fortalecimiento de las relaciones, una flotilla de buques de guerra rusos atracará en el puerto habanero desde el próximo viernes hasta el día 23. El destructor Almirante Chabanenko, que participó a finales de noviembre en el mar del Caribe en las primeras maniobras ruso-venezolanas, encabezará la flotilla. Dos buques de apoyo, el Iván Bubnov y el SB-406 la complementarán. Los cubanos tendrán oportunidad de visitarlos, según anunció Igor Digalo, portavoz de la Armada rusa.

Subrayó que «esta visita es un importante paso práctico en aras del fortalecimiento y desarrollo de los contactos entre las Armadas de ambos países».

Los militares rusos se reunirán con sus homólogos cubanos, con quienes tratarán futuros acuerdos de cooperación, y con el alcalde de La Habana. Asimismo, depositarán flores en los monumentos a José Martí y a los soldados soviéticos y pasearán por la capital.

Buenas relaciones y palabras

A finales de noviembre, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, visitó Cuba, donde se entrevistó con Raúl Castro y su hermano Fidel. Ese mismo mes, Moscú concedió a La Habana un crédito de veinte millones de dólares como parte de diez acuerdos sobre las industrias del níquel y automotriz, el petróleo y el suministro de trigo.

Tras reunirse con el jefe del Kremlin, Fidel Castro aseguró que Rusia, China y Venezuela son «los pilares» para los negocios en la isla frente al bloqueo de EEUU. En los últimos meses, Rusia ha pedido reiteradamente el fin del embargo, que calificó de «vestigio de la Guerra Fría».