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ELA acusa a Lakua de hacer de la Administración su «coto de poder»

ELA valoró de forma «muy negativa» la acción del Gobierno de Gasteiz en materia de empleo y negociación colectiva durante esta última legislatura. Izaskun Garikano, responsable de la Federación Gizalan, afirmó que «el Gobierno vasco ha modelado la función pública al servicio de sus intereses» y «ha hecho de la Administración su coto de poder». ELA acusa a Lakua de «falta de cultura democrática» y de «mala gestión de las relaciones laborales».

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Juanjo BASTERRA |

La secretaria de la Federación Gizalan de ELA, Izaskun Garikano, reconoció que el modelo de Administración pública que el Gobierno tripartito de Lakua ha implantado en estos cuatro años es «muy negativo» debido a que ha resuelto los conflictos «firmando siempre con la minoría sindical» y, sin embargo, «no han servido para solucionar los problemas de fondo que existen en los diferentes ámbitos de la Administración pública. Se han dedicado a parchear».

Garikano, acompañada por las responsables de la Administración pública, Nerea Larrinaga, y de Osakidetza, Mirari Irure, precisó que se ha producido «un fracaso absoluto» en la gestión de «la empresa más grande de este país, con más de 70.000 empleados».

A juicio de ELA, el Gobierno que preside Juan José Ibarretxe «ha hecho de la Administración su coto de poder y la ha ido transformando en función de sus intereses y con la modificación de leyes y decretos». Garikano explicó que «en pocos años, y desde la llegada del equipo actual, ha pasado de tener una administración nueva, joven, dinámica y cercana a la ciudadanía y a sus problemas, a una administración copada por burócratas, desilusionada y desmotivada». Por eso, la dirigente sindical del sector público matizó que «han hecho de la Administración un tinglado al servicio de sus propios intereses, en la que si se tienen que modificar las leyes y los decretos, se hace».

Suspenso

ELA suspende al Gobierno de Lakua en materia de negociación colectiva y empleo, por muchas razones, pero destaca, sobre todo, «por haber sido incapaces de lograr acuerdos mayoritarios en la mesa de negociación». Esta central recuerda que «todos los conflictos que se han producido se han cerrado con firmas de la minoría sindical», lo que es un indicativo de «la falta de cultura democrática de nuestros gestores políticos». Señala que «las firmas en minoría constituyen la herramienta que permite al Gobierno profundizar en su gestión neoliberal. Una firma barata les permite, con pocos recursos, no entrar en los problemas de fondo que requerirían mayor inversión».

Esta situación es producto -a juicio de Garikano- de la «no resolución de los problemas de negociación colectiva: falta de personal para atender las demandas existentes, desmotivación de las plantillas, alta edad media, falta de reconocimiento y, entre otras, problemas evidentes de gestión que generan un mal servicio». A juicio de la responsable de ELA, «el Gobierno ha puesto a la Administración al servicio de sus intereses y no al servicio de las necesidades de la sociedad».

Ante este panorama «desolador», adelantó que hay una necesidad de cambiar de rumbo. «Hay que dar la vuelta a esta situación y abordar los problemas de fondo. En caso contrario, la conflictividad laboral, que se ha disparado, irá a más en la Administración». Porque, según ELA, abordar la negociación colectiva de calidad supone también garantizar servicios de calidad, lo contrario es ofrecer malos servicios que los paga la sociedad».

Un 30% de precariedad laboral y una baja oferta de nuevos puestos

ELA afirma que el sector público dependiente del Gobierno de Gasteiz mantiene una precariedad que afecta al 30% de los trabajadores. «De cada cien trabajadores, 30 tiene contratos eventuales, a veces en fraude de ley, o a jornada parcial».

Nerea Larrinaga y Mirari Irure explicaron tres ejemplos que «ilustran la mala gestión del Gobierno en materia de empleo», ya que las plantillas presupuestarias contemplan un 90% de empleados fijos y un 10% de interinos, pero a los que se suman «inmensas bolsas de eventuales, ni siquiera la plantilla presupuestaria es fija». En Educación, ELA afirma que la plantilla presupuestaria es de 17.342 plazas, de ellas casi 1.700 están cubiertas por personal interino «sin plaza fija». Sin embargo, es «insuficiente» porque hay 3.375 persona trabajando como eventuales. Critican que en la OPE se ofrezcan 1.051 plazas, «cuando son más de 4.000 los eventuales que están trabajando». En Osakidetza, ocurre algo similar, a juicio de la central sindical que lidera Adolfo Muñoz, ya que 3.500 puestos de carácter estructural están ocupados por personal eventual. Si se añade a las bajas vegetativas, unas 200 al año, nos encontramos que haría falta una OPE de más de 4.000 plazas sólo para dar estabilidad al personal que hoy está trabajando en el sistema, pero la OPE ofrece 2.500 plazas, lejos de solucionar el problema». En el Consorcio de Haurreskolak, como tercer caso, que se creó en 2003 con personal eventual. «Cuando se decide estabilizar el empleo, pese a que hay más de 800 trabajadores, se fija la plantilla necesaria en 600 y la OPE saldrá con 500 puestos», denuncia ELA. J. B.

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