Gigantesca estafa piramidal
Crece la lista de bancos que admiten el impacto del fraude Madoff
Tres meses después de la quiebra del banco de negocios estadounidense Lehman Brothers, las finanzas mundiales volvieron a acusar ayer el gigantesco fraude del gerente de fondos neoyorquino Bernard Madoff, ex presidente de la bolsa de valores tecnológicos Nasdaq y veterano inversor de 70 años, que ha reconocido una estafa «piramidal» de 50.000 millones de dólares.
GARA | NUEVA YORK
En libertad condicional tras pagar una fianza de 10 millones de dólares, Bernard Madoff, de 70 años y muy respetado en Wall Street hasta destaparse la estafa, ha reconocido un fraude piramidal de 50.000 millones de dólares. Madoff, que defraudó a cientos de familias ricas estadounidenses y fondos de inversión, ofrecía rentabilidades razonablemente altas, en torno al 10%, en épocas de alzas del mercado, pero también durante las caídas de la bolsa y pagaba a los inversores con los recursos que iban aportando nuevos clientes.
En un esquema de pirámide financiera o Ponzi, el estafador utiliza el dinero de los nuevos inversores, que son atraídos con la promesa de altos retornos, para pagar a los inversionistas previos. Así, muchos de estos sistemas se caen por su propio peso al depender de un continuo flujo de inversión externa.
La firma Bernard L. Madoff Investment Securities, la compañía de Madoff, opera desde 1960.
Cálculo de pérdidas
Las evaluaciones de pérdidas potenciales de los bancos que invirtieron en sus fondos se sucedieron ayer en todo el mundo. En el Viejo Continente, en particular, las pérdidas suman ya miles de millones de dólares, lo que podría crear una crisis de confianza y motivar a clientes de fondos de riesgo a sacar su dinero en un momento de fragilidad en los mercados. Pese a que el vicepresidente del Gobierno español, Pedro Solbes, y el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, consideraron poco importante el efecto de la estafa sobre el sector financiero del Estado español, no son pocas las entidades bancarias que admitieron que están expuestas. El Banco Santander, que hasta el momento había esquivado la crisis financiera mundial, explicó que su fondo de inversión Optimal tenía una exposición a Madoff Securities de 2.330 millones de euros, de los cuales 2.010 millones de euros eran fondos de inversores institucionales y clientes de la banca privada internacional. Los 320 millones de euros restantes eran parte de carteras de inversión de clientes de banca privada en el Estado español.
El BBVA dio a conocer que gestiona «en torno a 30 millones de euros» de clientes de su red internacional invertidos en fondos de inversión depositados en Madoff Investment Securities, al tiempo que su pérdida neta máxima actuando como estructurador de productos para otras entidades ascendería a 300 millones de euros.
La Banca March informó de que dispone, de forma indirecta, de un activo inferior a 2 millones de euros, cifra similar a la reconocida por Banesto, y Caja Madrid una exposición «indirecta» de 2,3 millones de euros a productos relacionados con la firma estadounidense.
Los grupos franceses figuran también entre los afectados por el fraude. Natixis, filial de la Caja de Ahorros y Banque Populaire, podría así perder hasta 450 millones de euros; BNP Paribas, 350 millones de euros; y Crédit Agricole, menos de 10 millones de euros. El asegurador Axa tiene por su parte una exposición neta «bien inferior» a 100 millones de euros.
En Gran Bretaña, HSBC podría perder hasta mil millones de dólares, mientras que Royal Bank of Scotland evaluó sus pérdidas en 460 millones de euros y el fondo de inversión Man Group, en 360 millones de dólares. En Italia, UniCredit cifró su exposición en 75 millones de euros y Banco Popolare, en 68 millones. Los dos primeros bancos suizos UBS y Credit Suisse aseguraron, en cambio, no tener exposición «material» a este gigantesco fraude.
En Asia, el banco japonés Nomura señaló que podría sufrir una pérdida de cerca de 225 millones de euros mientras que las autoridades surcoreanas calcularon una exposición de 95,1 millones de dólares para las instituciones financieras y compa- ñías de seguro.
Gran parte de los activos colocados en las cuentas del presunto estafador de Nueva York eran gestionados por las entidades para clientes adinerados, negocios por los que se cobran comisiones más altas a cambio de mucho más cuidado a la hora de invertir.
No obstante, Madoff, un ex presidente del mercado Nasdaq, logró engañar a todos o, por lo menos, a casi todos.
Acorn Partners y Aksia, que asesoran a inversores de grandes recursos, recomendaron a sus clientes no invertir en los productos de Madoff por la falta de transparencia de sus operaciones.
La entidad más golpeada hasta ahora es la estadounidense Fairfield Greenwich Group, que admitió haber colocado 7.500 millones de dólares en los fondos de Madoff, la mitad de sus activos.
Ayer una segunda organización no gubernamental estadounidense, Chais Family Foundation, cerró sus puertas porque había puesto todos sus recursos en manos de Madoff, según Jewish and Israel News, un servicio de noticias judío.
La Fundación dedicaba unos 12 millones de dólares al año a causas judías en el extranjero. Robert I. Lappin Charitable Foundation también se vio obligada a clausurar sus actividades. Pese a la cascada de entidades afectadas por el fraude, los inversores parecían tranquilizados por la promesa de la Casa Blanca de aportar, en el sector automóvil americano, una ayuda rechazada por los senadores, drenando en 700 miles millones de dólares previstos para el sector bancario
Bernard Madoff, quien comparecerá ante un juez federal en Manhattan el próximo viernes, ha declarado que su fraude alcanza los 50.000 millones de dólares, lo que se convertiría en la mayor estafa financiera de la historia, aunque esa cifra todavía no ha sido verificada oficialmente.
En todo caso, está claro que se trata de un engaño de proporciones mayúsculas, lo que coloca en una posición muy incómoda a la Comisión del Merca- do de Valores (SEC, por su sigla en inglés), la agencia encargada de que estas cosas no pasen.
Sistema regulador
El financiero neoyorquino Bernard Madoff, ciertamente supo explotar los fallos de la autoridad americana de reglamento de los mercados financieros americano (SEC), ayer vilipendiado después de que varias investigaciones realizadas sobre Madoff desde 1992 no condujeron a nada.
Bramdean Alternatives Limited, un fondo de inversiones británico, señaló en un comunicado que la estafa pone en tela de juicio la calidad del sistema regulador estadounidense. «Es increíble que este presunto fraude parece haber continuado por tanto tiempo, posiblemente durante décadas, periodo en el que los inversores han colocado de buena fe más y más dinero en los fondos de Madoff», manifestó.
A preguntas de los periodistas tras una conferencia en Madrid, el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, deploró que Estados Unidos nunca se haya sometido a las evaluaciones del sector financiero del organismo internacional que dirige y volvió a insistir en las bondades del Fondo y en el papel a desarrollar.
Strauss-Kahn mostró su sorpresa «como todo el mundo» por el fraude que salpica el planeta financiero y se preguntó «dónde estaba la policía, porque ya se sabía dónde estaban los ladrones».
Además, subrayó que hay que replantearse los elementos regulatorios, pero que estos cambios no deben limitarse a una redacción de nuevas normas, sino también a la implantación de un sistema que haga cumplir esas normas.
«La cuestión no consiste en tener una nueva norma si no en dotarse de un sistema en cada país para controlar si las normas se aplican de verdad», declaró el director gerente del Fondo Monetario Internacional.
dólares. Ese es el montante del fraude piramidal que ha protagonizado Bernard Madoff, veterano inversor de 70 años y ex presidente de la bolsa Nasdaq.
Distintos expertos han puesto en tela de juicio la calidad del regulador. Calificaron como increíble que el fraude se haya mantenido durante décadas, tiempo en el que «los inversores han colocado de buena fe más y más dinero en los fondos de Madoff».
BBK, Kutxa, Vital y Caja Laboral dijeron que no están afectadas. Fuentes de las entidades indicaron que no tenían relación con Madoff ni en caso de dinero de clientes que pudieran haber depositado ni en el caso de inversiones directas propias.
El fraude de 50.000 millones de dólares destapado en la gestora de fondos de Bernard Madoff afectará negativamente a la confianza de los mercados, pero no tendrá efectos negativos en la negociación, según indicaron ayer distintos analistas. Sí cabe esperar un regreso del capital a productos más sencillos y menos sofisticados, y un nuevo varapalo a la confianza que, poco a poco, volvía a imperar en el mercado después de meses de tensión. Además, aunque estos fondos no tienen como clientes a pequeños inversores, sus efectos puede extenderse a otro tipo de productos de menos riesgo, ya que los pequeños inversores perciben los fallos en la supervisión y la regulación.
El informe semanal de mercados de Bankinter explica que el impacto real del fraude Madoff sobre las bolsas será escaso, ya que se interpretará que es un problema para determinados tipos de inversores que perderán una parte de su patrimonio. Los inversores expuestos son básicamente clientes institucionales y patrimonios personales, pero no tanto entidades, que están poco o nada afectadas. Así, según Bankinter, el caso Madoff «no es un problema de mercado», aunque sí afectará a la confianza del mismo, que, por otra parte, se encuentra en mínimos. En este sentido, Susana Felpeto, analista de Atlas Capital, admite que el daño dependerá de la exposición a los productos que desvelen las entidades, e insiste en señalar a la confianza como la víctima.
Natalia Aguirre, analista de Renta 4, manifiesta que el mercado se cuestiona la labor de los supervisores, cuya falta de control ha permitido que durante muchos años se desarrolle una actividad fraudulenta. El sector más afectado será el de los «hedge funds» o fondos de alto riesgo, que pueden necesitar liquidez extra en caso de que se produzcan una oleada de reembolsos. No obstante, Aguirre recuerda que «el dinero tiene que ir a algún sitio».
Madoff ha reconocido un fraude piramidal de 50.000 millones de dólares. En este esquema, el estafador utiliza el dinero de nuevos inversores, que son atraídos con la promesa de altos retornos, para pagar a los inversionistas anteriores.