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Obligación de rectificar ante los accionistas

Joseba ITURRIA

El sábado están convocados a participar en la Junta 14.000 accionistas que hacen de la Real una sociedad ejemplar. Esas personas han dado su dinero por la Real a fondo perdido, sin interés ni poniendo garantías a su aportación. Merecen el máximo respeto y que se les diga la verdad para que puedan tomar la decisión más acertada. No vamos a recordar otras muchas cosas que se dijeron en aquella Junta o todo este año. Nos limitamos a recordar lo que en junio adelantamos, lo dicho en trece minutos en los que Badiola falseó la realidad sin reconocer que la Real había asumido gastos de más de cinco millones por sus fichajes, comisiones y due diligence y que el único dinero llegado como préstamo era de 2,2 millones.

GARA dio esta noticia –ahora la completa con el informe de los administradores concursales– en su afán de dar a los lectores y accionistas toda la información. Aquella que el Consejo ha ocultado y también la que ha destapado. Porque «la mitad de un medio» –expresión de Antoñana que se podía leer en la web de la Real en un escrito infame sin firma titulado «aspirantes a miserables» en el que se nos dedicaba ese calificativo por no informar–, ha dado la información de la due diligence y de la auditoría legal, de las principales cuestiones que el Consejo ha presentado como escándalos. GARA ha explicado el dinero negro, lo que se califica de fraude fiscal del IVA de los abonos y los presentados como gastos sin justificar. Uno no ha escuchado a Badiola y Antoñana explicar lo que pone en su auditoría sobre el IVA de los abonos o decir cuándo se generan lo que se presenta cómo «gastos no justificados»...

El pasado miércoles uno tuvo que soportar un incidente muy desagradable cuando Antoñana le acusó de no decir una verdad, aunque se limitó a repetir que no ha habido incidente informático. Si una persona especializada sostiene tras realizar la tarea encomendada que no puede decir ni que ha habido ni que no lo ha habido y que estamos ante dos versiones, el único que debe rectificar es el que dice que el informe firmado por la empresa demuestra que no hay incidente cuando ésta rechaza esa interpretación.

Pero en lo dicho el 17 de junio no nos encontramos ante dos versiones, sino ante pagos con transferencias bancarias basadas en contratos y facturas. Es muy fácil demostrar la verdad. Y toda la información recabada por GARA confirma que Badiola no la dijo a los accionistas sobre su gestión, que fue rechazada y este sábado va a volver a ser debatida. El Consejo tiene la obligación de rectificar ante los accionistas. Y si hubiera una sola cuestión de todas las aportadas que no fuera cierta, basta con presentar documentos para lograr su objetivo de desacreditar a este periodista y obligarle a rectificar. Si no, son ellos los que deben hacerlo este sábado. Los accionistas de la Real merecen que les digan la verdad.

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