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Jean-Pierre Etxaburu Miembro de Askapena

TAV y el internacionalismo como arma

La internacionalización de las problemáticas sociales, especialmente el TAV, es un trabajo imprescindible. El TAV es un problema internacional que toma cuerpo de problema nacional en cada territorio

Hace algo más de una semana finalizó la gira informativa y de denuncia sobre el proyecto del TAV y sus impactos en Euskal Herria. AHT Gelditu Elkarlana y Askapena pusieron en marcha hace ya unos meses este proyecto de gira italiana de denuncia del TAV, con el objetivo de internacionalizar la lucha contra el TAV, de llevar a Italia las problemáticas sociales del pueblo vasco y sobre todo de compartir estas luchas sociales entre dos pueblos con el fin de poner soluciones sobre la mesa.

Dicha gira transcurrió durante más de 10 días por diferentes e importantes ciudades italianas como Roma, Bologna, Florencia, Turín, Genova, Udine, Val di Susa, reuniendo en casi una decena de charlas a un importante número de personas de diferentes ámbitos politico-sociales.

Tal fue la expectación que hasta el mismísimo periódico italiano «Il Manifesto» se hizo eco de la gira. En un artículo publicado el pasado martes, 9 de noviembre, el periodista de este prestigioso periódico Marco Santopadre denunciaba el carácter antidemocrático del Gobierno español en referencia a la criminalización que la plataforma Elkarlana sufre: «Para Madrid, Elkarlana está controlada o tal vez instrumentalizada por la izquierda abertzale y por lo tanto tienen reservado el mismo trato previsto para todas las organizaciones sociales y políticas ilegalizadas en los últimos años». Sobre la homogenización de Elkarlana y la supuesta instrumentalización política que la izquierda abertzale ejerce sobre ella, el periódico afirmaba que «dentro hay independentistas de izquierda, pero también gente de la sección vasca de Izquierda Unida, alcaldes de ámbito vasco, asociaciones medioambientales, ingenieros y técnicos, artistas e intelectuales de opiniones diversas. Pero Madrid no escucha a nadie y acelera los procesos de apertura de obras». Asímismo, el artículo denunciaba el caso omiso que las instituciones hacen a la voluntad popular: «pero el referéndum del que nos habla Oihane no tiene ningún valor para el Gobierno español. Por lo tanto es ilegítimo e ilegal, visto que el TAV para Madrid es una infraestructura de interés nacional que no puede ser retrasada por `egoísmos locales'».

Esta repercusión mediática bien merece una reflexión. Es imposible entender la problemática del TAV sin abordarlo desde un análisis internacional, sin analizarlo desde una coyuntura europea. El TAV no está aislado, no es una estructura únicamente vasca, sino que responde a un enorme proyecto europeo-capitalista, en el actual marco de libre mercado y de refundación capitalista. Por eso no es extraño que las distintas familias de la oligarquía se unan en este proyecto (PP-UPN-PNV-PSOE). En este sentido, el PNV juega un importante papel, asimilando por una parte al pueblo vasco y haciendo un guiño al PSOE por otra, en su política de negación de Euskal Herria. Éste es el precio que el PNV tiene que pagar por ser un referente en Europa, por el prestigio de sus negocios y empresas en la Unión Europea, y para ello será capaz de pisar a su propio pueblo. Además, Euskal Herria representa un punto geoestratégicamente interesante para las fuerzas imperialistas europeas y locales regionalistas a la hora de expansionar su proyecto por toda Europa, en su estrategia de construcción europea. Euskal Herria es un punto de paso obligatorio de mercancías y personas en su salida peninsular hacia la Europa continental.

La internacionalización de las problemáticas sociales, especialmente el TAV, es un trabajo imprescindible. El TAV es un problema internacional que toma cuerpo de problema nacional en cada territorio. El proyecto del TAV abarca todo Europa, de Este a Oeste y de Norte a Sur, un proyecto promovido por los gobiernos europeos, financiado con fondos públicos para el interés privado. Un proyecto impopular que busca el expansionismo capitalista y que cuenta con las fuerzas militares y policiales preparadas para abortar cualquier intento de lucha, preparadas para aplastar a cualquier movimiento popular que se revele contra él. Éste es el proyecto de la misma Europa que niega a los pueblos su derecho a organizarse política, social y económicamente como estados soberanos, que expulsa a inmigrantes a los cuales anteriormente había robado sus recursos brutalmente y que impone constituciones por encima de la voluntad popular.

El poco impacto medioambiental que el proyecto provocará en otros países y la desinformación sobre las ventajas que acarreará el proyecto, puede jugar un papel esencial. Por eso, debemos difundir al máximo y denunciar las prácticas asimilacionistas de los gobiernos de la Unión Europea, la imposición de sus proyectos desarrollistas e impopulares, medioambientalmente catastróficos. Ésta no sólo es la lucha del pueblo vasco contra la imposición de los estados francés y español, es mucho más que eso. Se trata también de una lucha entre la Europa de los pueblos y los trabajadores contra la Europa de una minoría, la capitalista, explotadora e individualista.

Éste el espíritu de la lucha internacionalista y desde el internacionalismo militante hacemos una apuesta clara por sacar a escena europea los problemas comunes de los pueblos europeos y darles soluciones vista la pasividad que los agentes políticos mantienen sobre los conflictos sociales.

Otra Europa es necesaria, la Europa popular basada en la justicia social. Por eso, la acumulación de fuerzas a nivel Europeo en torno a la paralización del TAV se prevé imprescindible. En Val di Susa (Italia) lo han parado, en Euskal Herria lo pararemos.

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