Las fechas navideñas multiplican las iniciativas de apoyo a los presos vascos que no pueden pasar estos días junto a sus familias. Un ejemplo es la marcha anual a Langraiz, que se celebró a mediodía de ayer. Los participantes se acercaron desde el monte y se hicieron notar no sólo con gritos de apoyo sino también con bengalas. Mostraban además ikurriñas y banderolas por la repatriación.

En esta edición destacó la reivindicación de libertad para los presos enfermos. Cuatro han sido llevados a casa en estas semanas, pero el resto sigue preso. Se mostró una pancarta con el lema «Gu Langraizera, gaixo larriak etxera».

De Arrosadia a Madrid

Un día antes, el sábado, cerca de 25 vecinos de Arrosadia se desplazaron en autobús a Madrid para visitar las cárceles en que se encuentran sus vecinos presos. Iban acompañados de megafonía y de zanpantzarrak para poder trasladar sus ánimos al mayor volumen posible.

La ruta comenzó en Soto del Real, aunque antes los desplazados fueron identificados en una gasolinera cercana. Desde allí marcharon hasta Valdemoro, lugar en el que se comunicaron también con los presos a través de un bertso y constataron que el sonido del zanpantzar había logrado cruzar los muros. La gira acabó en Alcalá-Meco, donde tuvieron más problemas para acercarse al penal, antes de emprender el camino de regreso hasta Iruñea.

Este fin de semana ha concluido también el ayuno mantenido por una quincena de jóvenes en Añorga en favor de los presos. Y el sábado, en Trapagaran 50 personas participaron en una movilización de apoyo a los presos enfermos, que continuó luego con una bertso-afari.

Las movilizaciones seguirán en los próximos días, con motivo del cambio de año, y tendrán su punto culminante el sábado en Bilbo con la manifestación nacional convocada por Etxerat a las 17.30 y que se prevé que será multitudinaria.