Un reto o una maldición. Todo es cuestión de interpretaciones, como también lo es el calendario que tiene que afrontar Osasuna durante el mes de enero. Desde el equipo, basta con oir lo que dijo José Antonio Camacho, prefieren ver el vaso medio lleno; los datos, lamentablemente, no casan con su optimismo.

Caprichos del bombo, la Liga presenta este año lo que ha venido a denominarse el Everest, con enfrentamientos consecutivos a Sevilla (ahora mismo el 2º clasificado), el líder Barcelona, Real Madrid (5º) y Villarreal (6º). Una parte del calendario a la que todos los equipos que no aspiran a los máximos objetivos miran con resignación, conscientes de que todo lo que sumen será un extra que, en un momento determinado, pueda marcar la diferencia respecto a sus rivales; conscientes, por tanto, de que el éxito de su temporada pasa, en principio, por cómo solventen el resto del calendario.

Vista así, la situación, en principio, no parece especialmente favorable para Osasuna. El rojillo es el único equipo de la Liga que todavía no se ha enfrentado a ninguno de esos cuatro cocos -aunque sí lo ha hecho a los otros dos, Atlético de Madrid y Valencia, frente a los que ha rascado un punto-. Es decir, y siempre en teoría, es el equipo de Primera que ha gozado de un calendario más asequible. Pese a lo cual, es el farolillo rojo.

Y aunque, por fortuna, el fútbol no tiene nada que ver con las ciencias exactas, y pese al punto de esperanza que dejó la goleada al Getafe, los malos resultados ante rivales teóricamente más débiles no invitan al optimismo cuando toca enfrentarse a cuatro de los mejores equipos de la Liga.

Las excepciones

El problema añadido es que es a sus rivales directos en la lucha por la permanencia a los que ahora se les suaviza el panorama. Excepto el Mallorca (17º, un punto y un puesto por encima del descenso), que sólo se ha enfrentado al Sevilla -con empate a cero-, el resto de equipos de la zona media-baja ha pasado ya su particular Everest.

Algunos lo han hecho con nota, como el Valladolid de José Luis Mendilibar -de ahí su holgada situación en la tabla-, que sólo cayó en Barcelona, pero se impuso a Sevilla, Real Madrid y Villarreal. El Getafe también superó el escollo, con cinco puntos, tras haber perdido sólo ante el Sevilla y, probablemente por eso, se puede permitir mirar a la zona baja con tranquilidad.

Son, de todos modos, las excepciones. El resto, en el mejor de los casos -y exceptuando a los propios cocos en sus enfrentamientos directos-, ha alcanzado los tres puntos. Como el Numancia, que se estrenó en Primera derrotando al Barcelona. La misma cifra logró el Deportivo -aunque todavía debe enfrentarse a Sevilla y Barcelona-, mientras Racing y Espanyol han tenido que conformarse con dos. El punto de la honrilla se lo apuntaron Almería, Betis y Málaga, e incluso Atlético de Madrid y Valencia han sido incapaces de pasar de ahí. De vacío, por último, han superado su particular Everest -además de Real Madrid y Villarreal- Athletic, Recreativo y Sporting.

El de los asturianos sea, probablemente, el ejemplo en el que tiene que fijarse Osasuna. El calendario arrancó así para el Sporting, que no sólo perdió los cuatro encuentros, sino que encajó 18 goles en 360 minutos. Pero pasado el mal trago, se centró en su Liga y ha podido comerse el turrón en un plácido 11º puesto.